Pues vaya que la reforma electoral tomó por sorpresa a todos los partidos políticos contendientes en estas elecciones intermedias, pero lo más grave es que los candidatos a las distintas carteras andan por las mismas, es decir, por ningún lado.
En total participan en León, en estas elecciones 10 institutos políticos, (1) PAN; (2) PRI; (3) VERDE; (4) PANAL; (5)PRD; (6) PT; (7) P. H.; (8) M.C.); (9) P.E.S.); (10) MORENA. Es importante destacar que la participación real se reduce a 8 en virtud de la alianza que tienen Pri-Verde- Nueva Alianza.
La participación es basta, sin embargo, no los conocemos, la reforma electoral como ya lo señalábamos contribuye a que el electorado tenga mayor dificultad para identificar a los distintos candidatos, pero éstos han demostrado su incapacidad para revertir esas limitantes.
Los ciudadanos festejamos que se prohíba la basura de propaganda que no sólo contamina visualmente, también contribuía a una contaminación directa por el tipo de materiales que se usaban en distintos promocionales, mismos que tardaban mucho tiempo en retirar.
Pero la reforma electoral no sólo se basó en la eliminación de pendones y publicidad contaminante, los espacios, control y supervisión de recursos, gastos y tiempos de campaña, etcétera, fueron motivo de la reforma y fueron aprobados por la mayoría de los partidos políticos, de ahí, que sabían las reglas del juego y ahora no se pueden quejar.
Por desgracia, es casi un hecho que ante la incapacidad de los distintos institutos políticos, en sortear las limitantes impuestas en la nueva legislación, se vayan por lo más cómodo y en los próximos comicios estemos estrenando reformas sustanciales, aunque uno de los puntos torales debe ser siempre el origen de los recursos.
Pero regresando a la poca o nula actividad que se percibe por el grueso de la ciudadanía en este proceso electoral en cuanto a las campañas y propuestas se refiere, así como al conocimiento de los candidatos, resulta preocupante, aunque la verdad, habrá que decir que para muchos es preferible, ante la nula credibilidad a un sistema político desgastado y prácticamente agotado.
La ciudad de León cuenta con 5 distritos locales en donde habrá que elegir a un candidato por cada uno de estos distritos, la oferta es basta, pues contienden 10 partidos políticos, que se reducen a 8 con motivo de la alianza, por lo que en materia de diputados locales tendremos 8 opciones.
El próximo 7 de junio también se eligen diputados federales, nuestra ciudad cuenta con 3 distritos, razón por la que al participar los mismos partidos políticos, se tendrá la posibilidad de escoger a uno de entre las 8 propuestas.
Para la alcaldía se repite la formula y habrá que elegir una de las 8 alternativas posibles, sin embargo, aquí, por existir una alianza de tres partidos políticos en caso de elegir votar por Córdoba Villalobos, se tendrán 3 opciones, pues cada uno de los partidos propone su propia planilla.
Debemos recordar que los 3 partidos de la alianza proponen al mismo candidato, José Ángel Córdoba Villalobos, pero cada partido hace su propuesta por lo que respecta a regidores.
En esas condiciones, un ciudadano Leonés, tendrá la posibilidad de elegir de entre 8 un diputado local, uno federal de una oferta de 8 y a un alcalde de entre igual número de participantes, por lo que tendremos un abanico muy extenso de 24 candidatos, sin tomar en cuenta las planillas independientes de la alianza.
24 personas, que seguro estoy, no conocemos la gran mayoría del electorado; si no conocemos a los candidatos mucho menos estamos enterados de sus propuestas, ante este escenario real, ¿por quién votar?
La percepción de la ciudadanía en general, es que las campañas de todos los contendientes no han penetrado en el electorado, no es suficiente la publicidad aérea que algunos optan por privilegiar.
¿Quiénes son estas personas, de dónde vienen y a qué se dedican?, ¿qué les hace merecedores para ocupar un cargo de elección popular, qué propuestas tienen?, si es que existen, ¿a qué se debe su participación?.
El proceso electoral mexicano es, si no el más, uno de los más caros en el mundo, y cuesta a todos los mexicanos, son recursos públicos que se les entregan a los organismos políticos y a los encargados institucionalmente de organizar estos procesos.
¿Qué acaso el vergonzoso sueldo de consejeros del INE, las millonarias prerrogativas a los partidos, el exceso del exceso en estos procesos en los que ya nadie cree, no les es suficiente para dar a conocer a los contendientes; entonces, qué necesitan?
Y no es que a la mayoría de los mexicanos nos interese saber la vida de estos personajes y que estemos ansiosos de conocerla, pero si ni siquiera son capaces de darse a conocer entre sus electores, ¿qué nos espera en caso de que lleguen a ocupar un cargo?
Cierto es que no todos los candidatos se encuentran en este letargo, pero sí, la gran mayoría, qué lástima, que en cada proceso electoral que vivimos en este incipiente México democrático, retrocedemos.
Es probable que en el colmo del cinismo, esperen que como buen ciudadano busquemos e investiguemos nuestras opciones, lo cual podemos hacer y las propuestas llegarán mediante señales de humo; ¿a qué le apuestan?
Que no se nos olvide, cada elector en este municipio tiene 24 opciones de candidatos y todos en distintas proporciones cuentan con recursos públicos, al menos sus dirigencias nacionales; ¿por qué no se dan a conocer? o, ¿es estrategia?