Independientemente del calificativo estético que nos merezca a los leoneses y visitantes, el centro de nuestra ciudad tienen lo suyo y puede rescatarse, conservarse y fomentarse el cuidado que debe darse a los inmuebles ubicados esta zona.
Uno de los más grandes problemas con los que se encuentran los particulares propietarios de edificios o construcciones catalogadas como históricas, es la limitante que se le impone a la propiedad, al sujetarla a una reglamentación especial.
Cuando el propietario de un inmueble catalogado o declarado histórico, pretende hacer modificaciones o arreglos por muy sencillos que estos sean, deberá obtener el permiso o autorización correspondiente del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Por desgracia los actos de Autoridad aplicados al respecto, son desde nuestra óptica, exagerados y se hace en forma por demás rígida y muchas ocasiones sin motivación, pero también tenemos que los particulares tratan de evadir de cualquier forma la normatividad.
Desde nuestra perspectiva y no obstante que con la adición del artículo 5 TER., de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 13 de Junio de 2014, se trató de corregir la inconstitucionalidad de dicha legislación, la misma sigue contraviniendo la Constitución.
Pero no se pretende en estas líneas abordar el tema jurídico, que desde luego es importantísimo, sin embargo, lo que se persigue es dejar claro que con la rigidez legislativa y la aplicación de sanciones incluso de carácter penal, no se soluciona el problema de la conservación y correcta restauración, entre otras cosas.
Es lamentable observar como existen en todo el territorio Nacional, Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, que los particulares destruyen día a día, sin que la Autoridad competente intervenga adecuadamente.
Con motivo de un proyecto personal sobre fotografía de bienes históricos en nuestra ciudad, el que esto escribe ha visitado una gran variedad de inmuebles de estas características, es decir, los catalogados como Monumentos Históricos y para mi sorpresa, son muchos y estéticamente bellos.
Por desgracia, muchos de ellos en su interior e incluso en el exterior, se encuentran cubiertos de distintos materiales que impiden dimensionar lo esplendoroso de su arquitectura y acabados naturales.
La falta de información del propietario y por desgracia también la mala fe de algunos, combinada con la exagerada mano dura de la Autoridad competente, que raya en la intransigencia, impiden cumplir con el fin primordial de la legislación que pretende regularlos.
La normatividad existente tiene como principal objetivo que se conserven en buen estado los bienes muebles e inmuebles que se catalogan especiales, al estar e una zona arqueológica, al ser una obra Artística o un Inmueble Histórico según sea el caso.
Pero esa característica que hace especial a una edificación, debe ser cuidada tanto por el propietario, las autoridades y la sociedad en general, aunque suene trillado, representan un patrimonio de una nación o un pueblo y en algunos casos de la humanidad.
¿Qué hacer para que construcciones de esta índole sean restauradas, arregladas, que reciban el adecuado mantenimiento, que permita en realidad conservarla, pero además, que le sea de utilidad a su propietario?
Al imponerse limitaciones a la propiedad y dado el manejo que legalmente se les da a estas fincas, se pierde el interés en su adquisición o plusvalía, o incluso en el arrendamiento, pues quien la tenga a su cargo sabe de la tramitología desgastante que se hace para pintar, resanar o hacer un arreglo mínimo; hacerlo sin permiso señalan algunas Autoridades, acarrea consecuencias penales.
¿Por qué no estar de la mano Autoridades y propietarios, que juntos busquen y logren la conservación adecuada que incluso aumente la plusvalía del inmueble y sea un atractivo para inversionistas o arrendatarios?
Es necesario que la autoridad destine recursos para la protección y conservación, pero el particular también debe contribuir, si la edificación es atractiva para rentar o incluso adquirir, existirá siempre el interés de las partes.
Es lamentable el estado de conservación de muchos de los inmuebles que visité y que lejos de mantenerlos en buenas condiciones, el dueño prefiere ocultar las características especiales del mismo.
Canteras enjarradas, enyesadas, tiroleadas, pintadas, o forradas de otros materiales; inmuebles con falsos plafones que esconden las viguetas e incluso se ocultan vitrales y pisos antiguos.
Es urgente un cambio de actitud del propietario y poseedor de estas construcciones, pero insisto, fundamentalmente de las autoridades, no es posible que requieran estudios especializados para colocar piezas de cantera que se caen precisamente por la falta de un adecuado mantenimiento.
El León no es como lo pintan, contamos con inmuebles verdaderamente majestuosos rescatémoslos y conservémosles.