La jornada de trabajo es el tiempo durante el cual el trabajador está a disposición del patrón para prestarle sus servicios laborales, por la que los trabajadores del mundo lucharon por reducirla de 16 a 10 horas diarias, de lunes a sábado, antes de que naciera el derecho del trabajo en el siglo XVIII, a 8 horas; como una conquista obrera a festejar el próximo 1° de mayo.
8 horas de jornada diurna es lo máximo que la Constitución señala como tope a los patrones para hacer laborar a sus trabajadores; pero no se enoja si los hacen trabajar menos horas, sin reducirles el sueldo; pues para establecer ese máximo de la jornada laboral se consideraron la salud, el descanso, la convivencia familiar y otros factores con base en las 24 horas del día; toda vez que la o el trabajador no es una máquina de trabajo, sino un ser humano, que merece todas las protecciones para su salud y su vida.
Desde la Revolución Industrial del siglo XVIII en Inglaterra, se empezó a reducir la jornada laboral semanal de 6 días, de lunes a sábado, a 5 y media, de lunes, al mediodía del sábado; lo que empezó a dar buenos resultados pues la productividad no disminuyó sino que al contrario, aumentó; por lo que para estimular aún más a los trabajadores, se eliminó el trabajo los sábados para que la jornada laboral semanal fuera de 5 días, de lunes a viernes, con 40 horas de trabajo.
La semana inglesa y la semana de 40 horas son distintas: la primera es la de los lunes a viernes, y en la última las 40 horas pueden distribuirse de lunes a sábado.
México tiene la semana inglesa en el trabajo de la educación desde siempre; en el burocrático y en los bancos desde los 70’s; y cada vez son más los patrones que ven más beneficios en la semana inglesa.
En Chile, acaba de reducirse la jornada laboral semanal de 45 a 40 horas, en cumplimiento a una de las promesas de campaña del Presidente Gabriel Boric; a la que llamó “Proyecto Profamilia”; lo que causó mucho júbilo entre todos los hermanos chilenos.
En México, debe considerarse que la pandemia del Covid-19, estableció nuevas jornadas laborales, principalmente desarrolladas desde el hogar; para ir pensando en la conveniencia de tener semana inglesa.