Un nuevo cobro del gobierno escandaliza. Un nuevo cobro representa para la ciudadanía, primero enojo, desazón y después un trastabilleo económico, e implica dejar de usar el dinero en una necesidad o lujo para entregárselo a quien no confías. Detalle valioso, en México no confiamos en los gobiernos.
No es normal que escuchemos que en Jalisco se cobrará por la luz de las calles, mucho menos en algo tan necesario como que sirve para aumentar la seguridad, convivencia y la estética de nuestras calles. En Jalisco somos un pueblo que damos por hechas muchas cosas, entre ellas, que no nos cobrarán la luz pública y la gente de Tepatitlán de Morelos quedó pasmada cuando les informaron que en su Pleno se votó por mayoría este nuevo cobro de derecho, llamado Derecho de Alumbrado Público (DAP).
Aunque nos parezca extraño, en México sí es más común de lo que pensamos que se cobre el DAP. Se encuentra vigente para su cobro en 21 estados del país y en el 48 % de los ayuntamientos. El mundo también aprueba este cobro en países de Europa y de América Latina. Según se entiende, la ecuación es sencilla. Se toma la cuenta total del cobro al municipio y esto se divide entre el número de predios construidos, y va anexado en el recibo de la CFE, sin que estos tengan que ver, solo se realiza un convenio con los municipios.
Una respuesta común de quienes deciden implementar este cobro es sencilla: el recurso no alcanza y debemos encontrar la forma de buscarlo. Y es real, los municipios son las esferas de gobierno más golpeadas de recurso, con cada vez menos ingresos, pero la solución no es imponer un cobro de derecho, mucho menos cuando, como en Tepatitlán no se ha sensibilizado a la ciudadanía, no se ha transparentado a todas luces cuál será el ingreso total, cuál será el beneficio para la sociedad, pero sobre todo la medición del impacto de los bolsillos de la ciudadanía. Un cobro, por mínimo, terminará repercutiendo negativamente en la gente.
Hay estudios que se postulan a favor del cobro del DAP, señalan que el mayor de los logros es robustecer las arcas municipales, lo desafortunado es que el DAP no se equipara hoy en día al nivel de conocimiento de otro derecho comoel cobro del agua potable y alcantarillado. A pesar de la desconfianza del servicio delSIAPA (AMG), del ASTEPA (organismo operador de agua y alcantarillado en Tepatitlán), ha requerido de años y años de trabajo para lograr en la gente la necesidad de un cobro por este derecho. Las personas están dispuestas a pagar por agua, pero hoy en día no por alumbrado público.
Sin duda, hay resistencias en la sociedad y en funcionarios del municipio alteño, caso del regidor Pancho Aceves, que se inclinan por un gobierno social. Bien por los que resisten y que a pesar de que se trata de un cobro legal, la Constitución lo contempla, vivimos en un tiempo donde las decisiones de gobierno deben hacerse en conjunto con la ciudadanía, no sin ella, no en sesiones de Pleno de municipios que las mayorías no verán, ni se enterarán.
Veamos cómo avanza el nuevo cobro de Tepatitlán de Morelos, que si bien sería punta de lanza en Jalisco, todavía falta que el Congreso local apruebe el ingreso y quien lo propusodeberá tener una mejor justificación con estudios mejor preparados, porque seguramente hay diputadas y diputados dispuestos a echarlo abajo, por ser un cobro irresponsable y desproporcionado para las y los tepatitlenses.