Aparentemente, en sintonía con la tendencia que privilegia la difusión de mensajes mediáticos de manera simultánea en multiplataforma y que ve a los milenaristas como principal target, Enrique Peña Nieto anunció la semana pasada que su informe de este año será “diferente”: la televisión no será la principal plataforma de transmisión, como era antaño, sino internet, y el relato de “historias de vida” de mexicanos “comunes” que han sido beneficiados por diferentes programas sociales del gobierno será el hilo conductor del discurso, en lugar de la retahíla de cifras que los presidentes solían incluir en sus mensajes.
“Mix” de medios
Sin embargo, hay un elemento que llama la atención en la estrategia mediática elegida por Peña Nieto: suma a internet, pero reduce drásticamente el uso de los medios tradicionales, como si éstos no fueran todavía los de mayor alcance masivo. En este momento del desarrollo mediático en el mundo, si un emisor tiene acceso a todas las plataformas debe instrumentar un “mix de medios” que utilice los digitales y los electrónicos.
El gobierno mexicano cuenta con esa posibilidad de acceso —incluso posee recursos legales para usar de manera amplia los medios electrónicos—, por eso llama la atención que para posicionar la campaña de propaganda previa al informe, que tuvo como slogan “lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”, la Presidencia haya utilizado un “mix de medios” que incluyó internet y también el uso a gran escala de radio y televisión; no obstante, en el caso del IV Informe de Peña Nieto se privilegia internet.
Conversación
El informe consistirá en una plática con jóvenes que será transmitida por la red: “Porque tienen mucho que decir, y me interesa escucharlos, este 1 de septiembre la conversación será con los jóvenes”, escribió Peña Nieto en su cuenta de Twitter el 24 de agosto.
Ese mismo día colocó un video donde afirmó: “Es mi deseo sostener un encuentro con jóvenes de todo el país y con representantes de diferentes sectores de la sociedad con quienes pueda tener una conversación, con quienes pueda compartir lo que el gobierno ha venido haciendo en estos cuatros años y por qué la trascendencia e importancia de las grandes transformaciones que hemos impulsado para construir el México del futuro”.
La plática de Peña Nieto con los jóvenes será puesta a disposición de las emisoras de radio y televisión que quieran transmitirla.
Tortura generacional
¿Cuántas estaciones de radio y televisión estarán interesadas en transmitir la conversación de Enrique Peña Nieto con el grupo de jóvenes elegido para participar en ella? ¿Por qué para la campaña “lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”, la Presidencia de la República utilizó todos los medios de comunicación y para el “informe” privilegia internet?
No es que el hecho me preocupe, simplemente me llama la atención. Pertenezco a una de las varias generaciones que fueron torturadas con maratónicas transmisiones televisivas y de radio —los célebres “encadenamientos” ordenados por el gobierno— para seguir “a fuerza” los informes de, entre otros, Díaz Ordaz, Echeverría y López Portillo. Por eso celebro que las nuevas generaciones ya no tengan que padecer aquello.
Presidente “digital”
Pero tampoco me alegra que el Informe de gobierno se haya desvirtuado al grado de convertirse en una broma. Urge encontrar una fórmula política para que la disposición constitucional que obliga al Presidente a rendir un informe sobre “el estado actual de la administración pública” tenga sentido y sea útil para el país. El Ejecutivo en turno debe comparecer ante el Congreso de la Unión y realizar frente a ese poder un debate serio y respetuoso. Claro que para eso los partidos políticos tienen que hacer su parte: comprometerse a discutir de verdad, no a gritar ni a denostar al presidente, pretexto que usaron Fox y Calderón para huir de San Lázaro.
Hoy Peña Nieto parece utilizar el pretexto de una “novedosa” conversación en internet para, igual que lo hicieron sus dos antecesores inmediatos, no acudir al Congreso. Tal vez quiere pasar a la historia por ser el primer presidente que dio su informe de gobierno a través de la red, como Lázaro Cárdenas fue, en 1936, el primero que lo hizo por radio y Miguel Alemán, en 1950, por televisión. Sería un logro muy modesto.