Iniciamos la semana con un mitin y un informe que nadie pidió, pero que el ejecutivo mexicano se ha planteado como un “premio” para todos los que lo eligieron hace un año, y dado que nadie nos preguntó, pero que igual lo hemos tenido que vivir, es el momento de hacer una recapitulación de las muchas y aterradoras acciones que ha puesto en la palestra política el “me canso ganso”. Agárrese que allí vamos:
En siete meses de mandato, Andrés Manuel López Obrador por sus pistolas decidió vender un avión presidencial, que ni ha vendido ni usa; anuló la obra del Aeropuerto Internacional en Texcoco y nos ha hundido en un adeudo por la obra que nulificó, que se pagará en veinte años. Ha cerrado, a decir de “sus propios números” los apoyos en cien por ciento a los enfermos de VIH, a los de cáncer y se ha reducido hasta 31 por ciento de los presupuestos a los institutos de salud, sin contar que en su “pejecusión” contra la corrupción ha anulado arbitrariamente los convenios de las empresas que proveían de medicamentos a los hospitales y centros de salud del gobierno.
Por si esta horrible visión de meses de dar bandazos sin rumbo no fuera suficiente, AMLO se ha cubierto a sí mismo pidiendo que todo se lleve a cabo por medio de decisiones tomadas “a mano alzada” cosa que no veíamos ni en la época en que fuimos escolares. Es ya tan alarmante la retahíla de puntadas desquiciadas del mandatario, que incluso la organización civil Mexicanos Contra la Corrupción, ha sacado un punteo de las acciones que han ido en contra de la ley en este sexenio: una gravísima fue el famoso “memorándum” que pone las reglas del presidente aún por encima de las legislaciones y códigos de procedimiento en los burócratas, la insólita “excepción” que se ha pedido a la Secretaría de la Función Pública para que acepte que los funcionarios contratados “no tienen que presentar título o cédula profesional para ostentar el cargo, y por si fuera poco la muy clara búsqueda de desmantelamiento de institutos como Conacyt, el Instituto Mexicano de la Radio y el Instituto de Evaluación Educativa. Lo feo es la inmovilidad social, económica; la incertidumbre de seguridad y la innegable impunidad en la que nos estamos encontrando un México donde se rompe récord en el mundo por número de asesinatos, y hay la menor inversión privada en décadas. Personalmente no sé qué festeja el jefe del ejecutivo en el Zócalo, con Margarita “la diosa de la cumbia”, porque a este país no nos queda más que ir ¡a dónde la mano alzada nos lleve!