Siempre entenderé el dolor de los padres al perder a un hijo, pues es anti natura. Pero de ahí a escuchar a Felipe de la Cruz, portavoz de las familias de los 43 de Ayotzinapa afirmar que “el Ejército Mexicano estuvo involucrado” en estos lamentables hechos, es criminal. Han pasado cuatro años, y lo cierto es que todas las indagatorias se traducen a varios puntos indiscutibles. Quien secuestró a los jóvenes fue la policía municipal de Iguala, cuyo jefe superior era el presidente municipal José Luis Abarca (quien fuera apoyado en su elección por Andrés Manuel López Obrador). Que éstos elementos entregaron a los chicos al crimen organizado y ya sea con su acompañamiento o no, fueron asesinados. Recién sucedió esta tragedia, escribía yo en estas páginas, ¿porqué de esta práctica de la normal “Isidro Burgos” de secuestrar camiones?, ahí se estudia para ser maestro de las nuevas generaciones, una de la más noble vocación que existe. Todo este ambiente de violencia en nuestro país se exacerba con todas estas declaraciones en contra de las Fuerzas Armadas; hace años han intentado socavar su imagen ante los medios, a través de manifestaciones, plantones, etc, vaya han intentado entrar a las instalaciones del 27 batallón de infantería; hace unos días, trece autobuses (nuevamente autobuses) llegaron a Iguala con padres y estudiantes de la Normal y lanzaron bombas molotov al portón, destruyendo un cajero automático, tope en eso.
En otro país, con otro ejército, sin duda, se habría tomado otro tipo de medidas, con el uso legítimo de la fuerza y la ley, mínimo la dispersión de los agresores de sus instalaciones. No olvidemos que el nuestro, es un ejército que se la juega todos los días en diferentes frentes, ya los vimos apenas hace días en Sonora, Sinaloa y Michoacán brindando ayuda a la población afectada por las lluvias con su Plan DN III, lo hace también, por desgracia, contra el crimen organizado, en donde abren fuego cuando tienen que enfrentar fuego enemigo. El próximo gobierno de AMLO va a crear una Comisión de la Verdad, la “verdad” es que están muertos por desgracia. El resultado será el mismo, quizá con pequeñas variantes, lo sustancial queda en aquella primera indagatoria de la PGR, por cierto Alejandro Encinas tendrá que definir si estará en la Secretaría de Gobernación como funcionario público y tendrá a su cargo los Derechos Humanos de todos los mexicanos o se hará cargo de dicha Comisión, las dos cosas no se pueden. Ya basta de denostar a una de las pocas instituciones que aún nos sostienen en pie, de valores y disciplina, sus detractores son unos irresponsables… Por otra parte, Alejandro Martí está defendiendo la causa del “Sargento N”, quien al hacer frente a unos criminales “huachicoleros” en Palmarito, Puebla, abatió a uno de ellos, corriendo el riego de recibir una sentencia de 70 años de prisión, este sargento así como todos los miembros de las Fuerzas Armadas hacen frente a la verdadera mafia del poder, los cárteles y a la que no se le puede decir “abrazos, no balazos”.
Ayotzinapa y la comisión de la verdad
- Trayectos
-
-
Fátima Ibarrola
Toluca /