En un principio solicitamos trabajadores,
pero en su lugar obtuvimos seres humanos.
Max Frisch
En la actualidad, la comunidad mexicana en Estados Unidos es muy importante demográficamente para ese país. Según datos del Pew Research Center, en 2017, más de 36.6 millones de personas de origen mexicano residían en la nación estadunidense, es decir, 11% de la población total. Además, los mexicanos son el principal grupo migrante en Estados Unidos, pues representan 25.1 por ciento del total y 62% de los latinos —la más grande minoría étnica en ese país con 58.9 millones de personas o 18.1% del total de la población.
Entre los 36.6 millones que ahí viven, 11.3 de ellos nacieron en México y 25.4 millones, en Estados Unidos, es decir, son mexicano-estadunidenses de segunda o tercera generación. En lo que respecta a aquellos nacidos en México, 6 millones tienen un estatus migratorio formal (ciudadanía estadunidense, permiso de trabajo o de estudios, o residencia permanente) y 5 millones son indocumentados.
De manera más detallada, según el Migration Policy Inistitute (MPI), en 2017, 31% de los migrantes nacidos en México tenía ciudadanía estadunidense. Aunque los mexicanos indocumentados, por su estatus migratorio, no pueden solicitar su naturalización, la mayoría de ellos se estableció en Estados Unidos desde hace más tiempo que cualquier otro grupo migratorio: 60% ingresó antes de 2000, 29 por ciento entre 2000 y 2009 y solo 11% desde 2010. Por ello, se puede afirmar que en función del tiempo que llevan viviendo en el vecino del norte, la contribución de los mexicanos indocumentados a sus comunidades ha sido mayor que la de otros grupos de extranjeros.
En el futuro, la comunidad mexicana en Estados Unidos continuará creciendo. No obstante, este aumento no será resultado de mayores flujos migratorios. De hecho, el número de migrantes mexicanos en Estados Unidos ha disminuido de 11.7 millones en 2010 a 11.3 en 2017. Recientemente, la tasa neta de migración entre México y Estados Unidos disminuyó a cero, es decir, el número de personas que ingresan a México desde Estados Unidos ha sido el mismo que el de quienes cruzan de nuestro país al norte del río Bravo.
Por lo tanto, el futuro crecimiento de la comunidad mexicana en Estados Unidos se deberá a las relativamente altas tasas de natalidad de la comunidad mexicana en ese país, en comparación con las de otros grupos étnicos. La tasa de natalidad nacional en Estados Unidos en 2017 fue de 1.76 hijos por madre, mientras que la de las madres latinas fue de 2.1 hijos, incluso mayor que las tasas de otros grupos étnicos numerosos, como afrodescendientes (1.89 hijos por madre) y blancos en general (1.82).
Esto significa que los latinos, de los cuales los mexicanos representan 62% del total, son el único grupo étnico con una tasa de natalidad lo suficientemente alta para reemplazarse demográficamente e incluso crecer ligeramente. Prueba de ello es que la tasa de crecimiento de la población estadunidense en 2017 fue de 0.7%, mientras que la de las personas de origen mexicano en ese país fue de 1.3 por ciento.
Por su parte, la migración, incluida la de mexicanos, es fundamental para la economía de Estados Unidos. Según el Economic Report of the President, el número de trabajadores estadunidenses mayores de 55 años aumentará 49.3%, mientras que los trabajadores entre las edades de 25 y 54 años de edad solo se incrementará 5.1% (9% entre 16 y 24 años). Esto creará una brecha en la pirámide poblacional con respecto a la población económicamente activa y la población en edad de jubilación.
En un escenario sin inmigrantes, el Council of the Americas estima que Estados Unidos no tendría una base de contribuyentes suficiente para financiar las pensiones de los jubilados. La proporción entre trabajadores en activo y jubilados en Estados Unidos pasó de 150/20 hace 70 años a 100/20 hace 10 y se calcula que en 2050 ésta podría caer a 56/20. En un mundo de cambio tecnológico acelerado, donde los robots se vislumbran cada vez más como opciones para automatizar el trabajo, una reducción de la mano de obra también reducirá las percepciones en seguridad social que requiere este creciente segmento de jubilados. Por lo que sin trabajadores migrantes en los diversos sectores que hoy ocupan, Estados Unidos tendrá serios problemas para financiar programas como el Seguro Social o médico, para apoyar a su población de jubilados.
Con base en todo lo anterior, se puede afirmar que la comunidad mexicana en Estados Unidos y la migración tienen un gran valor para ese país, pues garantizan el crecimiento demográfico y el financiamiento del sistema de pensiones. Los gobiernos de México y Estados Unidos deberían tomar más en cuenta todas estas consideraciones al momento de diseñar e instrumentar buenas políticas públicas en beneficio de sus comunidades. Igualmente, las sociedades de ambos países necesitan estar conscientes de la importancia demográfica de la comunidad mexicana en el vecino del norte.
* Jefe de la Oficina del Canciller