Política

Las modalidades que dicte el interés público

Con mucha probabilidad ésa será la “nueva normalidad” global. También la mexicana. Varios indicios apuntan a esa dirección.

Tanto el presidente Macron de Francia como la canciller alemana Angela Merkel ya anunciaron que la vacuna que resulte de las diversas investigaciones en marcha, deberá ser de dominio público y no marca comercial.

Del mismo modo, el rescate temporal de la liquidez empresarial de la aerolínea Lufthansa se ha decidido mediante el 25 por ciento de las acciones empresariales a título de la República Federal de Alemania.

Igualmente, el creciente consenso sobre la necesidad de mejorar en todos los ámbitos las percepciones y condiciones de los trabajadores, incluido el derecho universal a la salud.

En México: no es muy provechoso poner el ejemplo de los bueyes y la carreta, en una sociedad donde los jóvenes tildan a sus compas como “gran señor”: HUEY en el idioma azteca.

Resulta más útil la parábola del taquero: donde hay tragones (con dinero) ahí llegará infaliblemente el taquero. No al revés.

Lo primero que hace un inversionista antes de invertir es cerciorarse que hay mercado para su planeado producto. Necesitamos tragones con dinero para los tacos.

En los libros de economía de hace 60 años decía muy clarito: el motor de la economía es la demanda; y la demanda deriva del ingreso familiar.

Estamos hablando de los cuatro largos decenios en que la economía mexicana creció de manera sistemática y continuada a un ritmo promedio anual del 6 por ciento (¡Ah el PIB!) que no hemos vuelto a recuperar.

No casualmente fueron los años en los que desde el Ejecutivo federal se fue gradualmente cumpliendo la obligación constitucional (todavía vigente desde hace 103 años) prevista en el artículo 123 (precursor mundial) del salario mínimo con el poder adquisitivo suficiente “para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural”.

Los que ahora, todos los días nos espantan con el petate de la incertidumbre (de lo que está escrito en la Centenaria) y nos auguran el derrumbe del PIB, esos mismos saben (porque estudiaron) que en el año 1976 el salario mínimo, legal y vigente entonces, tuvo el poder adquisitivo más alto de la historia nacional: el triple del vigente en este año 2020.

Hablamos de datos duros: medidos en kilos de maíz, o de frijol, litros de leche, huevo, tortillas y cualquier otra subsistencia popular. Lo que hoy, en 2020, se adquiere con tres salarios mínimos.

Lo dejaron caer y caer ya saben quiénes, contra la obligación constitucional (sería ésa la certidumbre que reclamaban). Llegó hasta tener en 2018 una capacidad de compra de menos de la cuarta parte del de 1976.

Los mismos pacientes de incertidumbre crónica, y sus voceros, saben que la deuda “soberana” de México se debe (en los dos sentidos) al rescate público de los bancos privados con el FOBAPROA, y a las carreteras privadas, que siguen amasando utilidades y haciéndose desconocedores en materia fiscal.

P.D. Femsa y Walmart ya cubrieron 17 mil millones de impuestos atrasados.

No hubo necesidad de litigar hasta el año 3000 como amenazaban sus abogados.

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Esteban Garaiz
  • Esteban Garaiz
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