Hace unos días el destino hizo que estuviera frente a un hospital covid, fueron sólo unos minutos, pero bastaron para darme cuenta que estoy en la gloria.
Señoras, señores, jóvenes dormidos en plena banqueta, con sólo una colchoneta y una cobija; era muy temprano y pude ver como hacían de una caja, una mesa para su desayuno, en donde se apreciaban tazas y algunos platos.
En estos días hemos tenido las temperaturas muy bajas, soy una persona muy friolenta y si en mi cama con varias cobijas me da frío, no puedo ni imaginar lo que es dormir en la banqueta al aire libre, esperando noticias de su familiar.
Tuve la intención de bajar del carro y preguntar si necesitaban algo, pero justo timbró el teléfono, era un buen amigo que está atravesando el proceso de covid y me relataba como él y su familia la estaban pasando:
Los ahorros se fueron dijo, pero por hoy estamos bien y completos.
Le cuestioné sobre su experiencia con el covid, coincidimos en que la mayoría del tiempo nos esforzamos por quedar bien con los demás, más que con nosotros mismos.
Morirse en el trabajo o por ser exitoso laboralmente no está mal, siempre y cuando sea una elección consciente, es decir que sea lo que queremos vivir.
En lo personal, considero que no hay cosas buenas ni malas, hay creencias que nos hacen ver una situación, una persona o algo como bueno o malo, sólo porque no se hace como creemos que debiera ser, y es ahí donde empezamos a juzgar.
Este virus me ha venido a reafirmar que en cualquier momento puede llegar la muerte, y me hace reflexionar sobre los pendientes que tengo conmigo.
Estoy convencida de que esta pandemia no es gratis, ha venido a enseñarnos una serie de cosas, por hoy gracias al universo tengo una casa, puedo caminar, puedo ver, puedo disfrutar la comida, puedo oler y en este momento en que escribo esta columna, puedo decir que estoy sana.
Le pregunto amigo lector, ¿ya contó sus bendiciones el día de hoy?, ¿será que tenemos que dormir en una banqueta, perder la salud, un ser querido o que se nos vayan los ahorros para verlas?
Y aún en estas condiciones siempre existirá, una belleza inesperada por descubrir.
