Imaginen que tras la elección, Morena y PAN se reparten todo, y el día de tomas de protestas de diputados federales, de diputados locales, de alcaldes, los ex priistas se regresan al tricolor de sus amores.
¡Caballo de Troya!
Puede parecer un chiste, pero ese es el poder que tiene el partido político que durante 80 años mandó en el país, dejó tantos cimientos que hoy sigue presente, más allá de que estén apestados a corrupción y que su institución sea hoy el sujeto apenado con la bolsa de pan en la cabeza.
El PRI está vivo, está infiltrado en la cuatroté, está incrustado en el PAN; en el PRD no porque está desahuciado.
Mira, voy a llevarte de paseo como el viejo Scrooge pero por la política tamaulipeca para que te des un ejemplo: Olga Sosa, Erasmo González y Eduardo Hernández fueron fórmula del PRI hace un lustro; hoy van juntitos, de la mano, por Morena para alcalde y diputados federales, respectivamente. ¡Por eso es que los fundadores de Morena están bien encabronados!
Armando Martínez, ex alcalde de Altamira, andaba coqueteando también al partido de AMLO, pero como no se llevó nada se fue al PAN, donde tampoco se llevó nada.
Y es que el albiazul con todo y sus vientos de cambio, también agarra todo lo que puede y hoy postula a varios nombres poderosos del gabinete de Egidio Torre: la ex secretaria de Desarrollo Económico Mónica González o el ex alcalde de Victoria y ex legislador Óscar Almaraz Smer, el tipo hipersensible de la foto donde abraza al niño “así como que no me doy cuenta”.
Bueno, qué más sorpresa que Yahleel Abdala, quien fuera diputada y hasta secretaria amorosa del tricolor hace unos años y que hoy aspira gobernar Nuevo Laredo vestida de azul.
Caray, me acordé de aquella mítica canción de don Benny Ibarra, pero no me vayan a acusar de cosas.
O Maki, que si bien sigue siendo panista aventó a su hijo por Morena, nomas pa’ que los cabecistas se acuerden.
A nuestros versátiles políticos el chapulineo es su pasión… las ideologías, qué.
El Revolucionario Institucional está tan enraizado en el sistema político económico mexicano que gobierna sin gobernar y harán falta quinta y sexta transformación para poder erradicar la influencia de lo que Vargas Llosa llamó “la dictadura perfecta”.
El PRI está vivo, sigue mandando, es el rey. _