Cuando Joe Brainard escribe en 1970 I Remember cautivó al público intelectual utilizando un argumento común y repetitivo, pero que tiene connotaciones únicas según el lector. De ahí se inspira Je me souviens, de Georges Perec (1936-1982), que examina íntimamente la memoria.
Perec construye un discurso partiendo desde la experiencia personal y, a propósito de ello, tantas traducciones y semblanzas resultan posibles. Quien está poco familiarizado con el tema supondrá que debe ubicarse en un contexto donde cada elemento sea original, y no.
Escribir cualquier cosa implica desafiar las “formas heredadas”. Perec adopta una postura crítica partiendo de su propia existencia y elabora este discurso casi teatral. Nadie tiene que identificarse o saber de qué habla, sin embargo, todos comprendemos las frases sencillas aunque representen otra época y el contexto jamás vaya a coincidir con el nuestro.
Por más que él le apueste a la memoria, cuestiona la precisión de que logre acertar siempre. Harper Lee dijo: “Vencemos raras veces, pero alguna vez vencemos”. Así Perec intenta triunfar sobre sus recuerdos, y lo consigue.