Política

Mario Vargas Llosa: honor a quien honor merece

  • Verdad amarga
  • Mario Vargas Llosa: honor a quien honor merece
  • Enrique Sada Sandoval

No cabe duda que en nuestros tiempos, la etiqueta de “intelectual” en nuestros países tiende a proporcionar a quien la ostenta la misma inmunidad diplomática que a muchos pillos les brinda el cobijarse bajo el muy gastado mote de “izquierda” o “progresista” en un mundo decadente en donde basta comulgar, aunque solo sea de dientes para afuera, con todo lo que la moda de lo “políticamente correcto” impone como “bueno”, “normal” o hasta deseable a sacrificio de lo correcto sin adjetivos.
Sin embargo, una de las pocas excepciones a esta regla, donde la calidad moral del individuo se encuentra a la misma altura que la del autor o el hombre público, lo es sin duda Mario Vargas Llosa.
Comprometido con nadie, salvo con su consciencia, el autor de La ciudad y los perros y La tía Julia y el escribidor se sostiene, por mérito propio, no solo como uno de los mejores exponentes de la literatura universal sino también como un defensor infatigable de la libertad de expresión, lo mismo en su contra—como le sucedió en su país, donde un hombre lo interpelaba a gritos con consignas demagógicas mientras rompía uno de sus libros como rabieta—que dando la cara y abogando por los derechos de otros, exponiéndose a sí mismo en territorio políticamente hostil, tal como lo hizo en Venezuela, asistiendo como participante de un foro sobre Libertad y Democracia en América Latina, bajo el régimen despótico y caótico de Nicolás Maduro, sin importarle el riesgo que ello implica (desde ser declarado persona non grata y deportado públicamente hasta el padecer un ataque directo hacia su persona).
Así, con 78 años a cuestas y con la misma claridad llameante con que escribiera La fiesta del chivo—obra sobre el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, pero con dedicatoria personal para el Archiduque Fidel Castro—vemos con orgullo a un Vargas Llosa maduro que no le teme a nada: ni a los tiempos, ni al fariseísmo de las modas, ni a decir la verdad en voz alta, por muy incómodo que esto resulte para muchos.
Y como ejemplo para presentes y futuras generaciones, pudiendo conformarse con la tranquilidad neurótica de muchos de sus contemporáneos o refugiarse en la cobardía del gatopardismo político-ideológico con que muchos otros prefieren revestirse, el escritor peruano nos sigue recordando, como dijera Platón hace más de dos mil años, que el precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres; y consciente que las palabras se gastan o que los discursos se traicionan, este Premio Nobel de Literatura prefiere dar testimonio de lo que es y en lo que cree de la mejor manera posible: con hechos.


[email protected]

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.