Política

Reprobados todos

La educación es, sin duda, piedra angular del progreso social y económico, y hoy enfrenta una crisis preocupante en nuestro país. Los resultados de la última prueba internacional (PISA) reflejan una realidad alarmante: México ocupa el vergonzoso lugar 35 entre los 37 países de la OCDE evaluados.

En cada ciclo electoral, las promesas y propuestas políticas inundan el discurso público. Sin embargo, un aspecto crítico parece perderse en el ruido de las campañas: la educación. En un país marcado por desafíos educativos significativos, el tratamiento superficial de la educación en la arena política no solo es decepcionante, sino también peligroso para el Estado y el futuro de nuestra sociedad.

Los resultados de la prueba son alarmantes, con solo el 1% de los estudiantes capaces de distinguir entre hechos y opiniones. Este dato es, más que un número, un reflejo de una crisis educativa que demanda una respuesta urgente y bien fundamentada. Sin embargo, ¿están las candidatas y candidatos realmente abordando esta crisis?

A menudo, las propuestas educativas se reducen a generalidades o promesas vacías, sin estrategias claras o viables. Se habla de mejorar la calidad educativa, de invertir en tecnología o de capacitar a los maestros, pero ¿dónde están los planes detallados?, ¿dónde está la conexión entre estas promesas y las necesidades reales del sistema educativo?

Entendiendo que las principales figuras políticas rumbo a 2004 están más allegadas a la ciencia y la tecnología y entienden que la educación es fundamental para generar equilibrio social y romper el techo de cristal.

Entrarle de lleno a la educación va más allá de las palabras; se necesitan inversiones significativas, un cambio en los planes de estudio y una formación docente especializada. Lamentablemente, tales detalles suelen estar ausentes en los discursos electorales.

La educación no solo debe ser accesible, sino también relevante para el sector productivo. Países como Singapur, Finlandia o Corea del Sur han demostrado que la transformación educativa es posible, pero requiere una visión y un compromiso que parecen faltar en la arena política mexicana.

En un país donde más de 95 millones de ciudadanos se preparan para votar en la madre de las elecciones, la superficialidad en las propuestas educativas es inaceptable. La educación es fundamental para el desarrollo económico, social y democrático. La falta de competencias críticas, evidenciada por la baja capacidad de los estudiantes para distinguir entre hechos y opiniones, no solo afecta su desarrollo individual, sino también la salud de la democracia y la sociedad en general.

La pandemia de 2020 mostró un mayor involucramiento de los padres en la educación, un punto de luz en un panorama sombrío. Cuando las escuelas cerraron sus puertas y la educación se trasladó a plataformas en línea, tanto estudiantes como educadores enfrentaron un terreno desconocido.

Las dificultades técnicas, la falta de acceso a recursos adecuados y la ausencia de interacción cara a cara se convirtieron en obstáculos cotidianos. Estos desafíos han sido particularmente pronunciados en las áreas de comprensión lectora y matemáticas, materias que requieren no solo de la absorción de conocimientos.

La prueba PISA calificó la comprensión lectora de nuestros niños, la misma que ha sufrido notablemente posterior a la pandemia. La lectura en pantalla, a menudo la única opción disponible para los estudiantes, la fatiga visual, la distracción fácil y la falta de interacción social predispuso al fracaso a unos estudiantes ya rezagados por sus condiciones sociales.

Lo mismo pasó con el desarrollo matemático enfrentando contratiempos significativos. Las matemáticas, una materia que a menudo requiere de la explicación y el razonamiento paso a paso, se vio afectada.

En tanto las y los aspirantes a algún cargo siguen penosamente tratando la educación como un tema marginal o secundario; el futuro de la infancia se mantiene en incertidumbre.

Es hora de que la clase política reconozca que la educación es la base de un país próspero y justo, y actúe en consecuencia.


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Enrique Burgos-Véliz
  • Enrique Burgos-Véliz
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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