Como si el confinamiento y la pandemia no hubiera sido suficientemente traumático, el conflicto militar Rusia-Ucrania generó, independientemente de una crisis humanitaria, un impacto en la ya mermada economía nacional y Nuevo León no está exento.
Las principales bolsas en el mundo operan en negativo, con la mayoría retomando los niveles de operación después de Semana Santa; el mercado seguirá atento a las señales de la Reserva Federal entre hoy y mañana; no se deben descartar incrementos de 75 puntos base, para llevar la tasa de interés a un nivel de 3.5% este año.
El regreso de la inflación se acelera y todos los precios de la economía suben de manera generalizada; existe una variable que no se mueve con la misma velocidad: los ingresos.
Si la inflación no cede en el mundo, menos en México, al parecer esta situación podría extenderse más allá de lo que se preveía a inicio de 2022; de acuerdo con el director de la Facultad de Economía de la UAM, la tasa de referencia del Banco de México (Banxico) podría llegar superar niveles de 8 por ciento al cierre de este año.
Quizá lo más difícil es acostumbrarse a la caída del poder adquisitivo, que el salario alcance cada vez para menos cosas quiere decir que se va a tener que aprender a tomar una serie de decisiones respecto al consumo, gastos, ingresos y deudas cotidianas.
Recalibremos cuentas, algunas personas decidirán comprar menos cantidades, otras pueden cambiar las marcas de los productos que consumen, algunas espaciar la compra de determinados productos o directamente eliminarlos de su lista.
El aumento constante de los precios tiene un efecto inmediato en el cerebro, ¿por qué? Porque deberá empezar a considerar al tiempo como una variable fundamental en relación con su dinero. Un billete no comprará lo mismo hoy que dentro de uno o dos meses y esto influirá en dos más.
La respuesta del gobiernos a la inflación es aumentar la tasa de interés. Cuando esto sucede, sube el rendimiento de las inversiones financieras y, al mismo tiempo, sube el costo de endeudarse.
Es decir: quizá sea más caro pedir un préstamo personal, usar la tarjeta de crédito o tomar un crédito hipotecario. Hoy puede ser que le convenga más pedir un préstamo personal en lugar de pagar el monto mínimo de la tarjeta, dependiendo claro de la tasa de interés. En cualquier caso, dicen los expertos, lo peor está por verse.
Enrique Burgos-Véliz
@enriqueburgosv