Cuando nació el INE, en 2014, 11 consejeros electorales iniciamos los trabajos en un consejo plural que tenía como reto hacer realidad la reforma político-electoral de aquel año. En la mesa del Consejo General hemos alcanzado los acuerdos necesarios para resolver complejos asuntos electorales como la organización de las elecciones federales de 2015 y la aplicación de la legislación secundaria, que derivaron en profundos cambios en el Instituto Nacional Electoral.
A tres años de esa fecha, tres colegas consejeros, Beatriz Galindo, Arturo Sánchez y Javier Santiago, culminaron su encomienda en el Consejo General.
Fueron muchos los asuntos en los que nos tocó participar juntos, siempre compartiendo sus experiencias y aportando sus conocimientos.
Las precisiones de Beatriz Galindo sin duda contribuyeron a orientar con eficacia jurídica no pocas de las discusiones que tuvimos en el pleno; la experiencia adquirida por Arturo Sánchez en su trayectoria de muchos años, en el INE y previamente en el IFE, aportó la sapiencia necesaria para avanzar en la construcción de acuerdos, principalmente en aspectos de organización electoral.
A Javier Santiago no puedo dejar de reconocerle su madurez de pensamiento, siempre reflexivo y con la sabiduría que solo dan la vocación de servicio y los años de diario ajetreo en la arena electoral. A los tres, Beatriz, Arturo y Javier, mi agradecimiento por lo compartido, mi aprecio y respeto.
Nuestra Constitución Política ordena de manera clara y directa que la renovación de consejeros electorales del Consejo General del INE debe ser escalonada, de forma que no se interrumpan las tareas y actividades propias de la conducción de los procesos electorales, que por ley le compete organizar al INE, una vez que la Cámara de Diputados cumplió en tiempo con su responsabilidad Constitucional.
Fue así que se integraron tres nuevos compañeros al consejo, dos consejeras y un consejero, resultado de la renovación escalonada que señala nuestra legislación electoral y que nos permitirá continuar con los trabajos en comisiones y comités. Bienvenidos.
De esta forma se suman tres nuevas visiones a un instituto con fortaleza técnica y operativa de muchos años y con sólida vocación democrática, cuya obligación es cumplir en tiempo y forma con las funciones electorales que la Constitución le ordena.
Se avecina la jornada electoral del próximo 4 junio del presente año, así como la del 1 de julio de 2018, cuyo proceso inicia en septiembre.
Considero que contamos con la experiencia necesaria para lograr alcanzar un proceso electoral que no deje dudas y que convenza a todos. En esta ruta, se requiere del acompañamiento responsable de medios de comunicación, actores políticos y sociales, de los gobiernos federal y estatal, así como de la madurez y responsabilidad de los candidatos que contiendan.
Las reglas ya están establecidas y se conocen. El Instituto Nacional Electoral estará debidamente integrado para enfrentar las elecciones de este junio y del próximo año, con un Consejo General robustecido con las consejeras Dania Ravel y Claudia Zavala, y el consejero Jaime Rivera, quienes cuentan con destacada experiencia electoral.
El INE es la institución principal que organiza los procesos electorales en México y en él descansa el mandato constitucional de llevar a buen puerto el cambio de poderes en nuestro país. Obtener la confianza ciudadana representa tiempo, recursos y esfuerzo, mientras que su destrucción en discursos sin fundamento y en textos sin sustento es relativamente sencillo y no cuesta nada. Es momento de actuar con responsabilidad frente al país.
*Consejero electoral del INE Twitter: @e_andradeg