El gobierno del presidente López Obrador ha sido sorpresivamente dócil frente a Trump y frente a la estrategia de su administración para utilizar a México y a los mexicanos en Estados Unidos como saco de boxeo. Inexplicablemente la 4T se ha mostrado sumisa frente a una Casa Blanca que ha abusado de una relación históricamente asimétrica.
Esto es particularmente claro en las concesiones que ha ofrecido AMLO en materia migratoria: el programa Permanece en México con el que miles de solicitantes de asilo han sido retornados al país para esperar aquí la resolución de sus casos. Los migrantes, en su mayoría centroamericanos, permanecen sin acceso a la atención humanitaria básica prometida por nuestro gobierno. O la autorización para que ICE, la agencia de inmigración y aduanas, incremente el número de vuelos al interior del país con mexicanos repatriados, muchos de ellos contagiados con el nuevo coronavirus. Lejos de quejarse, la cancillería presumió el tema con boletín de prensa y toda la cosa.
En ese contexto se da el anuncio de una reunión presidencial entre AMLO y Trump a solo meses de la elección general con la que Trump busca reelegirse. El encuentro es un error colosal, pero si a eso le sumamos la negativa de reunirse con el candidato demócrata a la presidencia Joe Biden, la decisión es potencialmente una píldora envenenada para la relación bilateral.
El ex presidente Peña Nieto cometió el mismo error y la apuesta casi le cuesta la ratificación del Nuevo Tratado de Libre Comercio en América del Norte a la economía mexicana. La falta de una estrategia de largo plazo y la contaminación de la relación bilateral con una lógica sexenal ha erosionado la influencia real que tiene nuestro gobierno en Washington D.C.
Habrá que aprender del ejemplo de Juan Guaidó, quien horas después de ser el invitado de honor durante el último discurso sobre el estado de la nación de Trump, se reunió con la líder demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi. No es difícil entender por qué, lo difícil es entender que el Presidente de México insista en rendirle tributo al hombre que ha hecho del sentimiento antimexicano en Estados Unidos un himno de campaña.
@Enrique_Acevedo