Un amigo me dijo que el embajador de México en Argentina, Ricardo Valero, es un hombre muy honorable. Otro, me platicó que es una buena persona.
Les creo. El primero también me informó que el diplomático es mayor de edad y tiene problemas de memoria y desorientación.
Observé el video donde se le señala por intentar sustraer una biografía de Giácomo Casanova en El Ateneo de Buenos Aires: ve el libro, se estira para tomarlo de la estantería, lo oculta en un periódico que lleva bajo el brazo. En otro momento, camina. Hace una pausa para desenvolverlo y meterlo directo en una bolsa. Cuando sale del lugar, el personal lo detiene.
Las imágenes y la reacción del canciller Marcelo Ebrard refuerzan la idea que se trató de una acción consciente, más que senil.
El hecho sucedió en octubre, pero ante la difusión, Marcelo fue contundente. Ordenó su regreso a México en lo que la Comisión de Ética analiza “el caso del embajador en Argentina acusado de robar libros en famosa librería”. Y remató diciendo que: “De comprobarse que el video es veraz, será separado del cargo inmediatamente. Cero tolerancia a la deshonestidad”.
A pregunta expresa sobre el tema, Andrés Manuel López Obrador respondió: “Yo no sé quién pueda decir que no comete error. ¿En dónde está la perfección? A lo mejor en la naturaleza, en el Creador”.
¿Sería una confusión? Todo apunta a que el funcionario realizó un acto deliberado, más que desorientado.
Es una tristeza. Óscar Ricardo Valero Recio Becerra es un reconocido investigador, académico e internacionalista. Participó en el proceso de paz del Grupo de Contadora. Pero en esta ocasión se equivocó.
Veremos qué determina la SRE sobre este lastimoso episodio. Sin embargo, sea cual sea el motivo de su proceder, precariedad en su salud o pretensión de hurto, está inhabilitado para seguir representando a nuestro país en el mundo.}
Razones y pasiones:
En el Día Internacional contra la Corrupción, el presidente López Obrador invitó a la conferencia matutina al director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.
Pasamos del “haiga sido, como haiga sido”, al “péjele, a quien le peje”.
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