‘En cada niño se debería
poner un cartel que dijera:
Trátese con cuidado,
contiene sueños’
Mirko Badiale
Mexicanos y estadunidenses durante los últimos tres años hemos escuchado y leído todo tipo de comentarios sobre “el muro”, se trata sin duda de un tema controversial y sensible; para muchos ofensivo y divisorio, para otros seguridad y protección. Un muro sin puertas es cárcel, pero si las tiene puede significar progreso y orden. Si desvestimos al muro de su disfraz político y lo humanizamos quizá podamos ver sus ventajas.
“La construcción del muro ofrece mayores beneficios para México que para Estados Unidos”.
Ser vecinos del principal consumidor de pornografía infantil y sexo con menores es alarmante, un negocio que solo en EU genera más de 10 mil millones de dólares al año, representa, querámoslo o no, un peligro para nuestros niños mexicanos y centroamericanos.
El “muro” es sin duda un instrumento esencial para terminar con el tráfico de niños y niñas entre México y EU, ya que protegerá la dignidad y el futuro de cientos de miles de menores que son llevados de manera ilegal a EU para ser vendidos como esclavos sexuales a pedófilos que abusan sexualmente de ellos hasta 15 veces al día.
A grandes males, grandes remedios. Para frenar un fenómeno de tal magnitud un muro puede ser un gran defensor de derechos humanos y gran símbolo de esperanza. Estamos ante uno de los hechos más tristes y perversos de la historia.
La utilización de niños y niñas (menores de 18 años) para la gratificación sexual de personas que, según datos de Unicef, alcanza en el mundo cifras espeluznantes: más de 150 millones de niñas y 73 millones de menores de 18 años se ven obligados a mantener relaciones sexuales forzosas o han sido víctimas de otras formas de violencia y explotación sexual con contacto físico.
¡Estamos viviendo una película de terror y tenemos que ponerle fin a esta historia de casos de la vida real para empezar una nueva historia de amor donde los niños son los grandes protagonistas y soñadores que harán de este mundo un mejor lugar!
“Los niños de Dios no se venden”. “Los niños son el presente”, cuidemos de ellos. ¡Todos son nuestros hijos!
Los invito a que nos tomemos de las manos y nos pongamos la playera del uniforme que dice “unidos por los niños”. Hay que ponerse en los zapatos del niño migrante que viene desde Centroamérica con una maletita llena de sueños que, mientras van avanzando hacia Estados Unidos, se va convirtiendo poco a poco en terribles pesadillas; unos mueren en el camino, otros son destazados para tráfico de órganos, otros sufren violencia sexual y otros son secuestrados por traficantes de trata de menores.
Tarde o temprano el profundo dolor de estos niños nos salpicará a todos, y si no hacemos algo ahora, nos tocará vivir pesadillas de las cuales será imposible levantarnos.
Todo país soberano tiene la responsabilidad y obligación de ofrecerle seguridad y protección a su pueblo, empezando por sus niños y mirando a las fronteras, es por eso que el proyecto del muro tiene que ser integral, donde se utiliza la tecnología de la barrera física y la destrucción de los túneles, donde solo existan los puntos de travesía legal.
Por todo eso insisto en que este tema no debe ser político, sino todo lo contrario, es un tema humanista que se tiene que llevar acabo por esfuerzos bipartidistas y bilaterales. Cada quien desde su área de influencia debemos hacer algo al respecto, podemos empezar por aplicar la regla de oro: “Trata a los demás como te gustaría ser tratado”, tratemos a los niños como nos hubiera gustado ser tratados cuando fuimos niños, veamos a los niños del mundo como nuestros propios hijos.
Yo desde mi trinchera, como actor y productor de cine, voy a lanzar próximamente una historia de luz buscando romper el terrible silencio de la oscuridad que genera el tráfico humano.
Sound of freedom, una historia basada en la vida de Tim Ballard, un ex agente del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, quien renunció a su trabajo para comenzar una organización internacional no lucrativa, cuyo propósito es rescatar a niños que han sido secuestrados con fines de explotación sexual.
Cuando conocí a Tim me dijo: “Yo voy a tu país a rescatar a niños mexicanos de estadunidenses violadores de niños”, y desde ese momento empezamos a trabajar juntos contra esta terrible pesadilla.
Nuestro objetivo es convertir Sound of freedom en un movimiento global que ayude a la liberación de cientos de miles de niños de la esclavitud sexual. Nos encontramos en etapa de postproducción y muy pronto estaremos en cines.
Esta película será un muro de protección para los niños y es por eso que creo firmemente en la construcción del muro, para acabar con esta tragedia humana.
En México y en EU hay más cosas que nos unen que las que nos dividen, somos naciones hermanas y como tales tenemos que ayudarnos a alcanzar nuestro máximo potencial por el bien de la humanidad, trabajemos unidos y pongámosle fin a la trata de menores.
Dios bendiga a los niños y al mundo entero, y nos ayude a tener la paz que tanto deseamos.
¡Feliz Día del Niño!
30 de abril de 2019 (celebración del Día del Niño en México).
*Actor, productor de cine, empresario y defensor de los derechos humanos.