Una vez terminado la conformación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019, las fuerzas políticas, incluso Morena, así como actores políticos de todo el país externaron su preocupación por ser la primera vez que se desmenuza el recurso público de forma tal que parecería que estuvo mal planteado.
Al respecto, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, Alfonso Ramírez Cuéllar, diputado de Morena, fundador de El Barzón (para los que no lo ubican es la asociación formal de deudores de la banca del error de diciembre de 1994), dio sus razones y parece tener, de inicio la razón en cuanto a los conceptos que sostiene.
De acuerdo a Ramírez Cuéllar, se decidió reducir el costo del gobierno de la República con todas sus dependencias y organismos en más de 20 mil millones de pesos y terminar con un gigantismo administrativo que atrofiaba la prestación de los servicios públicos. El proyecto del PEF 2019, manifestó, tiene una columna vertebral que son los jóvenes a los que se destinan 61 mil millones de pesos para reducir los altos niveles de deserción y garantizar que todos tengan trabajo y también estudio. Otra parte de la “columna vertebral” es la organización del gasto por lo que se compactaron casi seis mil programas de desarrollo social que se tenían en la federación, estados y municipios y ahora tan sólo son 18, a los que se destinaron 251 mil millones de pesos.
Las universidades, a las que se les ha dado subsidio (como la UAEH en Hidalgo), tendrán corresponsabilidad en el manejo sano de sus finanzas y en la reestructuración de todos los niveles operativos, para garantizar la sustentabilidad.
Y para no desvariar con el Presidente, se aplicará el artículo 127 de la Constitución Política, relativo a las remuneraciones de los servidores públicos, con una medida que “acabe con la opulencia y el oropel”.
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