El PRI de Hidalgo, bajo el mando supremo de la diputada Carolina Viggiano y su esposo Rubén Moreira, denunció que desde hace tiempo existe una campaña política estatal en donde se dedican a buscar en el pasado de los personajes políticos con el único propósito de realizar una persecución que les complique la existencia y las candidaturas a puestos de elección popular.
Es preciso acotar que en la actualidad, el gobierno del estado no cuenta con un aparato de investigación política como se estilaba en los anteriores regímenes, por lo que es poco probable que exista tal ánimo de hurgar en el pasado para amedrentar a los adversarios. Sin embargo, en épocas electorales es muy común que se empleen argumentos donde se pueda crear una narrativa imaginaria que coloque ciertos conceptos para influir en el pensamiento de las personas.
Lo mismo pasa con los ataques al presidente López Obrador. Mientras más se generalice una idea colectiva sobre su persona, es probable que se termine creyendo que es algo real el dicho o los dichos de fuentes sin pruebas reales.
Para los políticos hidalguenses, se trata de un tema relativamente nuevo, ya que en anteriores generaciones (Osorio, los Rojo, Murillo, Núñez Soto e incluso Paco Olvera) la investigación política era una herramienta avanzada de la que se valían de todo tipo de tecnologías para compilar información: redes sociales, llamadas, seguimientos personales y así. Por eso hoy veo complicado que algo así se realice sin tapujo alguno y la acusación de que el actual gobierno al mando de Julio Menchaca esté hurgando en el pasado de los adversarios políticos para desactivarlos. Caso contrario lo que ocurre con el fuego amigo en Morena, de donde están saliendo los datos y cifras contra los propios competidores; lo vimos tras las designaciones al Senado, ahora con las de diputados federales y las listas plurinominales y parece que así seguirá la tendencia con aspirantes a ediles e incluso, creo que alcanzará hasta para la contienda rumbo a la renovación del Congreso local.
