Ayer en el Congreso del estado comenzó la campaña para la gubernatura y no es que se hayan brincado los tiempos oficiales.
El debate que generó el exhorto para evitar la injerencia de programas federales, despertó los ánimos de un Poder Legislativo con mayoría morenista, que no busca ponerse el pie y ser exhibido ante la 4T.
Si fue estrategia, es de reconocerse que comenzó bien la confrontación partidista previo al arranque del proselitismo el próximo domingo en Hidalgo; pues se trata de un tema que siempre debe ser vigilado, pero también es de dominio público que en todos lados ocurre. Tanto gobiernos federal, estatal y municipales tienen cierta injerencia en los procesos de votaciones, ya que de origen provienen de una expresión política, además de que juegan sus propias cartas para esperar el resultado que les favorezca.
Por ello es que en la ley se trata de blindar que no se usen programas sociales para condicionar el sentido de un voto o que se use dinero público en las campañas, sin embargo, el tema se usa para poder meterle presión a un frente y al otro. Morena no se quedó atrás y pide que en el exhorto se incluya al gobierno del estado para que sean apercibidos los funcionarios locales ante cualquier conducta que tenga que ver con las campañas.
Los equipo de trabajo de ambas coaliciones, Morena y PRI, están decididos a jugar desde todos los flancos esta batalla electoral y es visible ya con el debate entre diputados; la tribuna del Congreso siempre será un escenario natural y es por ello que se tendrán varias discusiones entre legisladores durante todo el proceso. Falta la revocación, faltan resolver más denuncias y quejas, falta mucho tramo por jugar en el camino Plaza Juárez, pero ya empezó la elección desde las curules locales y a partir del fin de semana será en toda la entidad.
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