Cada vez falta menos para que culminen las campañas, el 1 de junio, y el llamado de los partidos en la coalición Morena-PT y Nueva Alianza es que se deben vigilar como nunca antes las casillas el día de la elección.
La desconfianza no es de a gratis, momentos hay de sobra al recordar las últimas elecciones en Hidalgo para poner en tela de juicio a las autoridades y organismos; pero ¿conviene mostrar su desapego a la labor del árbitro electoral en la recta final?
Tanto el INE como el IEEH, se lavarán las manos como es costumbre de cada proceso al decir “que los votos son contados y vigilados por ciudadanos”, o “que la elección la hacen los ciudadanos para los ciudadanos”, como diciendo que si uno piensa que hay fraude o fallas es un acto de desconfianza y traición a la propia ciudadanía o a los pobres funcionarios que son ciudadanos de a pie, como uno más del montón.
Por eso es que Morena, principalmente, ya tiene preparado un ejército de personas que estarán en las casillas como representantes, lo cual tampoco garantiza que se un proceso limpio o fuera de cuestiones como el pago de personas o el cambio de paquetes, que sé yo, me han contado anécdotas.
Por otro lado el PRI también se ha pronunciado al respecto, pero no en el sentido de desacreditar al juez de la elección, se sabe cómodo con los funcionarios y personajes afines que se han mantenido en sitios estratégicos para los tiempos difíciles, como el que se avecina el 5 de junio.
Sin embargo, acusan en la campaña priista que habrá una “elección de estado”, orquestada por la dirigencia nacional de Morena, donde ya ven presión sobre el INE y el IEEH para que en caso de no ganar en Hidalgo, se comience una ofensiva fuerte en alusión a la ya famosa palabra: ¡fraude!, ¡fraude! Esperemos que todo esto no suceda.
Twitter: @laloflu
