De acuerdo con cifras de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), en Hidalgo hasta el segundo trimestre de este año se contabilizaron 405 mil 277 personas dentro del sector del comercio informal.
Lo anterior representa casi un cuarto de la población del estado, muchos de ellos, o quizá la mayoría, agrupados o integrados de una u otra forma a organizaciones no reguladas o nacidas en la propia informalidad, quienes hacen de sus espacios un coto de poder perpetuo.
En fechas recientes, la ciudad de Pachuca y su zona metropolitana han sufrido de dicho fenómeno que devela una de las principales problemáticas nacionales: la falta de empleo y oportunidades.
Sin embargo, en el estado y específicamente en la capital hidalguense persiste el mismo problema pero agudizado por la presencia de líderes de comerciantes ambulantes quienes en muchas ocasiones terminan siendo una especie de intermediario que únicamente designa espacios y cobra sin aportar opciones de crecimiento y seguridad a sus propios agremiados o a vendedores que llegan con la mejor de las intenciones a buscar salir adelante, ellos y sus familias.
Si a eso le sumamos la inacción o falta de sensibilidad y tacto político de las autoridades locales, el asunto de tener líderes de comerciantes en una ciudad se vuelve una bomba de tiempo que termina afectando a la población.
El claro ejemplo en Pachuca es la Federación de Organizaciones Independientes, mejor conocida como la Foideh, que dirige Óscar "El Perro" Pelcastre Almanza, quien juega bien su papel de líder y guía de los vendedores callejeros que quizá son los menos culpables del asunto de la informalidad y los ataques en su contra.
No se requiere de ser doctor en Economía para darse cuenta de que cuando hay comercio informal es porque la situación laboral anda mal o porque no hay recursos que alcancen para unos y otros.
Por eso sitios como la Ciudad de México o el Estado de México han tenido que crecer y sobrevivir a la par del comercio ambulante, pero con una estrategia de inversión pública y hasta privada donde se han creado espacios fijos de comercio informal y hasta un control de cómo se realizan las operaciones y en qué partes se hacen.
En Pachuca, al no tener un plan de atención social al comercio informal por considerarlo un mal o una mancha que se debe de borrar, no se cuentan con herramientas que permitan sentarse a revisar qué hacer en caso de presencia de ambulantaje.
Lo ocurrido con la detención de "El Perro" Pelcastre y su posterior liberación, así como con la inacción municipal para las denuncias y el pleito eterno de instalarse o no en las calles del Centro Histórico, habla solo de una cosa: falta de sensibilidad y tacto político, además de poca o nula asesoría en casos como el que se presenta en Pachuca.