La crisis mundial, la recesión económica, la pandemia, la nueva normalidad, han dado como resultado el fin de la clase media en México y al parecer en buena parte del mundo.
Mientras en Estados Unidos se reparten cheques de seguridad sanitaria por hasta mil 200 dólares por trabajador afectado, en el país se lucha por otorgar seguros de desempleo de 3 mil 600 pesos a quienes perdieron su fuente de ingresos por la contingencia y el cierre de negocios o paro de actividades.
La postpandemia y lo que traerá, ese será el verdadero problema y no tanto el de salud, sino el social y económico; pensar cuántos niños se van a quedar sin estudiar a partir de ahora, que digan ya deserto y me pongo a trabajar.
En todas las comunidades y pueblos para México será o podría ser como una gran depresión que va a marcar un momento muy fuerte en la historia. Creo que tendremos que refundar este país a base de mucho esfuerzo de aquí a 20 o 25 años.
Por ello es que la primera víctima de la era con el coronavirus en la nueva normalidad es la clase media; la que sustentaba años atrás la base contribuyente y que ahora se defiende como la economía informal. El comercio vive sus épocas más negras en todos los estados; la falta de insumos si bien no es una constante si podría significar en la baja de calidad de vida en el país.
Los índices de bienestar y satisfacción quizá no lo alcancen a reflejar, o bien terminen siendo comentados en las conferencias mañaneras con el Presidente y los Youtubers, pero la realidad, la de la calle y la gente con necesidades constantes, es y será otra.
Si bien no se espera que aumente la pobreza exponencial, sí estaremos en la antesala de la recesión más importante del México del siglo 21, la primera y más importante en la historia de las nuevas generaciones, de la que nos costará más trabajo salir adelante, pues no existe más la gran clase media que sustenta a este país.
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