Que de forma sorpresiva, los integrantes de la Comisión Permanente suspendieron la junta virtual donde se debían aprobar los juicios de procedencia contra los diputados federales Saúl Huerta y Mauricio Toledo, así como del fiscal del estado de Morelos. Ese vacío a la reunión programada en el Poder Legislativo impediría la sesión extraordinaria plenaria y le da más ventajas y protección al legislador poblano de Morena acusado de violación y abuso sexual de menores, lo que complicaría su detención al concluir su cargo el 31 de agosto.
Que a propósito de pedofilia, ayer el Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo Séptimo Circuito de Quintana Roo le otorgó un amparo al empresario textilero libanés Kamel Nacif para no ser detenido por el caso Lydia Cacho. A diferencia del Rey de la Mezclilla, escondido en Líbano, al Góber precioso Mario Marín Torres la justicia de ese estado le negó el mismo beneficio y seguirá en prisión, a pesar de estar encarcelado por el delito de tortura contra la periodista y escritora.
Que Lydia Cacho reaccionó con un tuitazo: “Tardamos 16 años superando obstáculos de corrupción institucional, compra de jueces, atentados, amenazas de muerte, juicios penales y civiles para acallarme. Cuando estamos a punto de ganar, magistradas niegan la verdad jurídica y se venden a la delincuencia organizada”.
Que en más de mandatarios, el tlaxcalteca Marco Mena Rodríguez perdió el estado en las pasadas elecciones de gobernador, pero a unos días de pasar la estafeta a la morenista Lorena Cuéllar, por lo menos ganó que la Unesco declarara a la Catedral como Patrimonio de la Humanidad.
Que en el ayuntamiento poblano sigue el contagiadero de covid-19, y posterior al anuncio de la secretaria de Igualdad Sustantiva, Norma Estela Pimentel Méndez, de que dio positivo, a la lista se suma el secretario de Infraestructura, el “honesto” Israel Román Romano. En las oficinas municipales están aplicando a los empleados la prueba de antígeno covid, pero la contaminación del virus parece muy avanzada y extendida en esas oficinas públicas. ¡Aguas!
