Que vaya sorpresa adelantada de Día de Reyes se llevó Tatiana Clouthier al recibir la Secretaría de Economía de manos de Graciela Márquez, quien se fue al Inegi no sin antes dejar sembrados, como si de muñecos de rosca se tratara, no uno sino dos secretarios particulares en la nómina, Alejandra Ayala en Recursos Materiales y Álvaro Castro en el Secretariado del T-MEC, nombramientos ordenados apenas en diciembre, según informes desde la propia dependencia.
Que a pesar del escándalo que causó la renuncia de José Rogel Romero a la dirección del Centro Médico Adolfo López Mateos, del Instituto de Salud del Estado de México, las autoridades sanitarias determinaron que se le aplicará a él y a su familia la segunda dosis de Pfizer, aun cuando se brincaron la fila para recibir la primera dosis. Por ética, argumentan autoridades sanitarias, no se puede negar el biológico del complemento al tramposo. Por cierto, ajustes similares deberán aplicarse con los doctores que han sido inoculados porque sus compañeros inscritos no llegaron a la cita y debía aprovecharse el recurso.
Que el diputado Gerardo Fernández Noroña viajó a Venezuela a la instalación de la Asamblea Nacional, pero prefirió quedarse en el hotel cuando supo que no podría ingresar porque la invitación era de riguroso cubrebocas, ese accesorio que según la evidencia médica ha salvado millones de vidas, porque evita la transmisión del covid-19, pero que para el diputado es solo una mordaza que limita su libertad de parloteo. Más tarde resolvió en un tuit el conflicto moral al asegurar que su traslado no fue en vano, pues bastaba su presencia para reafirmar el apoyo al régimen chavista sin ceder a sus convicciones.