Que una de las razones para acelerar el traslado a Estados Unidos de un grupo de 29 presos ligados al narcotráfico, entre ellos algunos antiguos barones de la droga como Rafael Caro Quintero, Vicente Carrillo Fuentes y Antonio Oseguera Cervantes, es que las autoridades tuvieron información de inteligencia federal en el sentido de que había la posibilidad de una inminente liberación de varios de ellos. Si se añade la visita del gabinete de seguridad mexicano a Washington, todo empezó a embonarse desde temprana hora.
Que si ya habían desafiado a la Presidenta la víspera, nada mejor podía esperar la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, quien anunció que presentará cambios a los estatutos del partido para impedir el nepotismo para las elecciones de 2027, en congruencia con la propuesta que presentó Claudia Sheinbaum. Ipso facto los senadores Félix Salgado Macedonio y Saúl Monreal se montaron en aquello de que “el pueblo” es el que decide y nadie los mueve de ahí. ¿Y la secretaria de Gobernación no estará enterada? Duda legítima.
Que entre las ministras pro 4T, Yasmín Esquivel se aparta cada vez más de su compañera Lenia Batres, debido a que no comparte sus planteamientos, y prefiere formar alianza con Loretta Ortiz, a lo que se suma el hecho de que las dos primeras buscan ser la primera mujer presidenta de la Suprema Corte elegida por votación, cuando entre en vigor la nueva conformación impulsada por la reforma judicial. Y eso que todavía no empieza la campaña.
Que el recién nombrado fiscal general de Guanajuato, Gerardo Vázquez Alatriste, tuvo que enfrentar la coyuntura de rendir un informe anual de actividades cuando apenas lleva 23 días en el cargo, mandato legal que lo obligó a presentar un balance del último año de gestión, cuando es obvio que cualquier dato concreto en realidad corresponde a su antecesor, el polémico Carlos Zamarripa, quien estuvo al frente del Ministerio Público casi 15 años. Al final, por supuesto, todo se resumió en un discurso de
compromisos.
