Que la Universidad Anáhuac se apuró a salir al paso del nuevo escándalo por los señalamientos de plagio ahora en la tesis doctoral de Yasmín Esquivel, que ella atribuye en voz de su abogado solo a “descuidos” y “omisiones”, y previendo acaso algún amparo que quiera silenciarla, la institución educativa aclaró por medio de su Facultad de Derecho que pasados tres años de toda titulación ya es imposible cuestionarla, de acuerdo con su reglamento interno. Es decir, ya prescribió la falta.
Que a propósito de un tuit de Felipe Calderón fechado el 3 de mayo de 2020, en el que dice que es falso que su gobierno tuviera información sobre nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico y que actuó con determinación contra las bandas y hasta recibió amenazas, su ex amigo y compañero de partido Manuel Espino ratificó que él mismo le informó sobre el particular después de una reunión internacional de ex jefes de Estado sobre seguridad en Colombia. “A tu estilo, preferiste ignorar”, escribió el ex líder nacional panista.
Que en el contexto de la cátedra que imparte a alumnos de la maestría en Derecho de la UNAM, Ricardo Monreal criticó el debate del pasado miércoles para excluir la “cláusula de vida eterna” del plan B electoral, por considerar que estuvo fuera de toda proporción, plagado de insultos, de arrebatos e irreflexiones, y afirmó que solo es consecuencia de la polarización general y de la falta de argumentos. Sobre el tema, ayer desde el Capitolio pegaron fuerte con eso de que se trata de un “atraso al reloj de la democracia”.
Que la comisionada presidenta del INAI, Blanca Lilia Ibarra, advirtió en un foro de la Unesco que si México quiere afrontar la crisis de la democracia provocada por la digitalización se debe convocar a todos los sectores a construir espacios digitales seguros, pero sobre todo se debe sumar la construcción de habilidades de alfabetización mediática y de pensamiento crítico, especialmente entre niños, adultos mayores y comunidades indígenas, es decir, con un formato de inclusión.