Que más o menos en el tono que estaba previsto, la panista María Eugenia Campos rindió protesta como gobernadora de Chihuahua y denunció que recibe un estado endeudado de manos de Javier Corral, a quien acusó de haber comprometido las finanzas con créditos a corto plazo y haber combatido la corrupción solo en el discurso. En el caso del ex gobernador César Duarte, declaró que “ni perdón ni olvido” y garantizó que continuará con las investigaciones, apegadas a debido proceso, en tanto se lleva a cabo el trámite de extradición desde EU.
Que la mayoría de Morena en el Senado se pregunta si el punto de acuerdo de la panista Xóchitl Gálvez para investigar los hechos en la clínica 5 del IMSS en Tula, en la que murieron 17 personas, 15 de ellas pacientes de covid intubados, por falla de la energía eléctrica durante las inundaciones del lunes, no es politizar la tragedia de cara al proceso electoral de Hidalgo, cuna de la ex delegada, que ahora gobierna el priista Omar Fayad, a quien literalmente se le hizo agua la canoa durante el siniestro.
Que el Presidente declaró ayer sobre la llegada de Adán Augusto López a Bucareli: “Necesitaba en esta nueva etapa que alguien me auxiliara en todo lo relacionado con cuestiones políticas, es decir, la relación con los gobiernos de los estados, con el Legislativo, con la Fiscalía, con el Poder judicial, y también todo lo relacionado con iniciativas de ley, la defensa cuando están de por medio amparos, denuncias. Todo eso le corresponde al secretario de Gobernación y eso me libera, porque yo también tenía que hacer eso”. La que entendió, entendió.