Que los diputados federales priistas por Coahuila todavía no digieren que tendrán como coordinador general de la fracción al ex mandatario Rubén Moreira y como “jefe político” al gobernador Miguel Riquelme. ¿Qué línea atenderán si eventualmente difieren las posturas de Riquelme y Moreira respecto a determinado tema nacional a abordarse y votarse en la Cámara Baja? A los dos les deben favores. Ciertamente no hay un rompimiento abierto o declarado entre ambos políticos, pero tampoco existe una firme coordinación. Como coordinador del grupo de legisladores coahuilenses, el saltillense Jericó Abramo Masso, jugará un papel importante para suavizar el interés de los grupos o bien para provocar mayores desencuentros.
El nombramiento del ex gobernador también vino a mover la gallera de la sucesión gubernamental y lo primero que se preguntan los priistas es si los laguneros cederán el poder a los saltillenses, olvidando que su prioridad debe ser cerrar filas en torno a la figura y el trabajo de Miguel Riquelme.
Que la lista de candidateables para la alcaldía de Durango y para el gobierno estatal es larga y servirá para medir las preferencias de los ciudadanos. Es una suerte de encuesta simulada cuando las citadas listas se filtran a los medios de comunicación o a las columnas políticas. Lo peor que puede suceder es que el nombre filtrado no genere ni un solo comentario, en suma, que pase sin pena ni gloria. Así la lista para aspirantes a la alcaldía incluye a Gabriela Hernández, hija del ex mandatario Ismael Hernández Deras y Antonio Ochoa.
Que el Secretario de Gobierno aparece en dos listas: la de candidato a gobernador y la de alcalde de Durango capital. Así Héctor Flores, muy cercano al gobernador José Rosas Aispuro, es citado en diversas fuentes como uno de sus “delfines”. Hay que recordar que Flores fue suplente de Rosas Aispuro en el senado. Es abogado de profesión y a últimas fechas le ha tocado destrabar todos los asuntos complicados como los de transportes, y calmar al gremio médico cuando detuvieron a la doctora Azucena Calvillo, en su momento acusada de desconectar el respirador del magistrado Héctor Silva. La Fiscalía retiró todos los cargos, por cierto.
Fuentes cercanas al gobierno estatal señalan que bien puede figurar, aunque no en las elecciones inmediatas, sino para un posterior proceso. Primero, dicen, tiene que recorrer el largo camino de la alcaldía, la diputación federal y ahora sí el gobierno del estado. Para no variar, todos los datos “liberados” sirven para alimentar la imaginación de los columnistas y de los propios candidatos.
