Que el hecho de que Areli Hernández Martínez sea quien competirá por la presidencia municipal de Jocotitlán por el PAN y sin alianza con otros partidos, abre de par en par la puerta a Morena para facilitar su llegada a este Ayuntamiento. Asesorada por su protector Raymundo Guzmán Corroviñas dinamitó la coalición Va por México en este municipio, y sin duda se afrenta a un proyecto panista que tiene otro rumbo para el 2023.
Los propios panistas hacen notar que, como antecedente, viene de ser contralora municipal en Metepec, y se preguntan si Hernández tendrá alguna instrucción especial, pues ven señales que así lo indican.
Que en esta época electoral hay de todo, hasta armonía: a pocos días para definir al candidato de Morena a alcalde en Valle de Bravo, realizaron una reunión que llamaron de unidad y a la que acudieron los aspirantes a dicho cargo. Omar Muñoz Burgos, el mejor posicionado, con sensatez convocó a respetar los procesos internos y las decisiones que la militancia y los simpatizantes tomen para que el partido guinda pueda ganar el ayuntamiento.
Y es que entre los grupos estatales no se ve consenso y seguro será la encuesta la que determine al candidato que buscará obtener la presidencia municipal.
Que desgraciadamente en muchos lados la capacidad no es sinónimo de aceptación. Recordemos que Morena abrió espacios a la ciudadanía y hubo algunos que por méritos propios tienen amplia popularidad: en Cuautitlán Izcalli llama la atención el caso de Marco Antonio Galindo Carranza, que se ha destacado con buenas acciones para la ciudadanía, misma que los grupos de poder en su partido no ha querido escuchar.
A ver cómo le va a Galindo, pues una mala decisión le puede costar a Morena perder el décimo octavo municipio más importante del país; y el riesgo también es que le pase lo mismo que al PRD nacional, que por el capricho de tribus entró en decadencia.
