Que esas mesas de transición entre Delfina y Del Mazo siguen siendo reveladoras para algunos analistas, que basan sus cálculos en los personajes que han acudido a ellas. Ayer en la quinta edición se habló de educación, cultura, turismo y deporte. Por parte del equipo de la maestra asistieron los infaltables Horacio Duarte e Higinio Martínez. Hasta ahí sin sorpresas.
Pero además, asistieron, en calidad de expertos, Mónica Miriam Granillo Velazco, Simón Mondragón Bernal, Berenice Olmos, Elvia Alva Rojas, Oscar Lozano Carrillo, Eréndira de la Cruz y Silvia Karla Fernández Marín. ¿La presencia de la maestra Trinidad Franco habrá sido un guiño al PT? ¡Ah! Y para quienes mantienen prendidas sus veladoras para Seduc, también estuvo el profe Maurilio Hernández líder legislativo morenista.
Que hablando de Educación en tiempos de la 4T, en torno a los libros de texto y amparos relacionados, el coordinador del equipo de la gobernadora electa, Horacio Duarte, aseguró que aquí se distribuirán “en tiempo y forma”. En contraparte, no se esperaba menos, el arzobispo de Toluca, Raúl Gómez González, sugiere que los libros sean revisados y en su caso reeditados, a fin de resolver “posibles errores e impresiones”
Que para no variar el tema, la Subsecretaría de Educación del Estado de México recordó que este jueves y viernes se realizarán de manera directa y presencial en las escuelas del nivel básico las inscripciones para el ciclo escolar 2023-2024. No cambian los viejos usos y costumbres, y se pedirá cuota “no obligatoria” a los padres y madres de alumnos. Está claro que hay que coadyuvar, lo que denota ausencia es un mecanismo que transparente a dónde van a parar los centavos que tanto le cuestan a las familias.
Que por otra parte, en el Congreso local están a punto de ponerse una estrellita en la frente si llevan a buen término el dictamen que ponga fin a las diferencias limítrofes entre Ecatepec, Acolman y Tonanitla luego de varias décadas de disputa. La comisión de límites territoriales terminó el procedimiento y determinarán de quién es el terreno en cuestión. Lo mejor, claro, es la paz social y la inalterable gobernabilidad regional ¿Serán salomónicos?
