Que no va ni la primera quincena del año y algunos nuevos ayuntamientos ya enfrentan el rigor de la exigencia ciudadana: habitantes de Tenancingo se manifestaron por fallas en el suministro de agua, y amenazaron al alcalde con bloqueos. Lo peor es que le aguaron la fiesta al edil, justo el día en que recibía la visita del gobernador Del Mazo, que acudió a entregar la reconstrucción de una escuela primaria afectada por el sismo en 2017. ¡De pena ajena!
Que a propósito, asoman intentos de guerra sucia y los sospechosistas ya miran con suspicacia a los derrotados que en este cambio de trienio debieron dejar el cargo con más pena que gloria. Desde el lunes, por ejemplo, circuló en redes un “aviso oficial de Toluca”, en el que falsamente anunciaban pruebas de covid gratis; las autoridades encabezadas por Raymundo Martínez desmintieron rápidamente, pero muchos cayeron en el “fake”, con la consabida molestia. ¿Serán patadas de político ahogado?
Que por cierto, la cuarta ola ya alcanzó a varios políticos además del Presidente de la República. Entre ellos, mexiquenses de los que ya es su segundo contagio, por ejemplo el senador Eruviel Ávila; la diputada por Chalco, Anaís Burgos, y el Fiscal Alejandro Gómez. La cuestión es que el ex mandatario mexiquense estuvo este lunes en una concurrida ceremonia en Toluca, por lo que más de uno anda nervioso.
Ojalá que pronto se recuperen, igual que todos los mexiquenses que están pasando por este amargo trance. En la pasada ola una veintena de legisladores enfermaron y con esta nueva variante se mantienen en el Congreso las medidas restrictivas para el ingreso de personal ajeno a la cámara.
Que hablando del Congreso local, parece que una especie de paranoia es otro padecimiento en boga, pues prácticamente todos los días los diputados mexiquenses de Morena hablan del coordinador de los diputados panistas, Enrique Vargas del Villar. En sus comunicados y eventos siempre está presente la figura del Legislador. ¿Quizá ya se obsesionaron con él como rival a vencer?