Que Laura Imelda Pérez, alcaldesa de Tlaquepaque, justificó una limpia en la plantilla laboral en el ayuntamiento. Según ella los contratos de algunos de los empleados vencían al final de la administración pasada, y en otros casos había incompatibilidad de horarios o trabajaban en otros lados. Se le recordó que hay personas que están documentando más de 200 despidos ilegales para presentar una demanda colectiva a los que se les pidió firmar su renuncia voluntaria y dar por terminada la relación laboral de 26 años por 15 mil pesos. Contestó que si hay sustento se restituirán los cargos. Sin duda, los abogados laboristas tendrán mucho trabajo en los próximos días y su resolución sentará un precedente en el municipio.
Que si el efecto Carlota podría repetirse en Jalisco, es pregunta a manera de afirmación que se hacen los jaliscienses. El despojo de viviendas ya muestra señales alarmantes en Jalisco: 234 denuncias en solo dos meses (2024), con casos como el de doña Guadalupe, de 74 años, quien lleva tres años intentando recuperar su casa en Tesistán de manos de invasores armados. Es un modus operandi idéntico al mexiquese: Invasiones violentas o por engaño. Uso de testaferros legales que fabrican documentos falsos. Hay mucho que revisar ahí, y más de tres se ponen nerviosos.
Que el programa de verificación vehicular en Jalisco debe mostrar elementos contundentes para demostrar que no ha fracasado, como lo evidencian los datos. A pesar de los costos para los ciudadanos y el erario, la calidad del aire sigue empeorando, con más días en alerta ambiental. Esto no es un error de implementación; parece un diseño fallido desde su origen, priorizando la caja sobre el ambiente. Hay contradicciones: Ecología que no limpia el aire. Los contratos millonarios con verificentros privados han convertido el programa en un negocio, no en una solución, denuncian expertos. Mientras, industrias contaminantes operan con permisos laxos y el transporte público obsoleto sigue sin renovarse. Doble moral política. Sergio Graf y Enrique Alfaro impulsaron este modelo, pero hoy ninguno responde. Uno está en España; el otro, premiado con un cargo federal. ¿Dónde quedó la rendición de cuentas? No está claro si la administración en turno está dispuesta a reconsiderar el programa. Es cuestión de horas para saberlo.
