Que el horror de Teuchitlán ha colocado al gobernador Pablo Lemus ante una encrucijada definitoria. Su administración, aún en ciernes, podría quedar manchada por la sombra de los crímenes en el rancho Izaguirre —lugares que evocan campos de exterminio— si opta por la impunidad. Sin embargo, tiene ante sí tres caminos: 1.- Limitarse a sacrificar a mandos menores de la gestión anterior, simulando acción mientras desvía la atención hacia las víctimas sin tocar intereses poderosos. 2. Investigar sin llegar a las cúpulas, manteniendo intactos los pactos con el grupo político alfarista. 3. Perseguir sin concesiones a los responsables de alto nivel, incluso si eso implica desmantelar redes de poder y romper con el legado alfarista. ¿Priorizará Lemus la estabilidad política o se atreverá a desafiar un sistema enquistado para honrar a las víctimas?
Que tras la presión de colectivos de búsqueda, el gobierno de Pablo Lemus permitirá este 13 de marzo que familiares y organizaciones civiles ingresen al Rancho Izaguirre para “supervisar” los trabajos forenses. Sin embargo, el acceso será bajo condiciones reveladoras: personal de la Comisión Nacional de Búsqueda y la Vicefiscalía de Personas Desaparecidas estatal acompañarán a los colectivos, lo que podría interpretarse como un intento de monitorear la interacción con las pruebas y los medios de comunicación tienen vetado el ingreso, bajo el argumento de “proteger la carpeta de investigación”. Una justificación débil, considerando que la prensa ha documentado fosas clandestinas en México por décadas sin alterar procesos judiciales.
Que este 10 de marzo, las cifras oficiales de la Secretaría de Gobernación en su informe: Víctimas reportadas por el delito de homicidio, solo confirmaron el panorama desolador en Jalisco al situarse ese día en el segundo puesto nacional en homicidios, con nueve ejecuciones registradas en un solo día. Solo Guanajuato (12 casos) superó esta cifra, lo que agrava la percepción de crisis en la entidad gobernada por Movimiento Ciudadano. Los jaliscienses y el partido que lo gobierna viven su peor crisis.