Que la LXV Legislatura cerró su último período ordinario de sesiones de la peor manera posible con una gran cantidad de ciudadanos de diversas organizaciones civiles que se han visto beneficiados con el recurso proveniente del Fidesseg y echaron en cara a los legisladores el no escuchar sus reclamos y optar por hacer oídos sordos a las protestas en el recinto parlamentario que exigían no desaparecer este fondo de carácter social.
De manera sorpresiva regresó la alianza PAN-PRI pues resulta que las dos bancadas con la honrosa excepción de la diputada panista Cristina Márquez votaron a favor de enviar el exhorto que pide disolver el Fidesseg y enviar los recursos a la Secretaría de Desarrollo Social y Humano.
Que en ese preciso instante más de uno levantó la ceja en expresión de sorpresa, incredulidad y duda, respecto a si el dinero al final pararía en la bolsa utilizada para otorgar los beneficios económicos de la famosa Tarjeta Rosa, que la oposición ha acusado de uso político electoral previo a las elecciones de este año.
Y es que no son para nada despreciables esos mil 500 millones de pesos que significa un monto similar al presupuestado este año para el programa social implementado por la Sedeshu, MujerEs Grandeza, que se repartió entre la población femenil y se anunció cuando Libia García era titular de la dependencia.
Que aunque Diego Sinhue haya convocado a la realización de mesas de trabajo para definir el futuro del fondo, la realidad indica que este será desaparecido pues en una breve entrevista el mandatario aseguró que al final se trata de un decreto emitido por el Ejecutivo y la decisión está en sus manos, ya veremos.
Eso sí, pasaron como mantequilla los nombramientos propuestos por el titular del Ejecutivo para el Tribunal de Justicia Administrativa y el Consejo del Poder Judicial, en una actuación que ha sido calificada como una de las peores de la historia para el cierre de una legislatura. Queda pendiente el tema de las policías de investigación, a ver si llaman a un período extraordinario.
