A través de textos generados por medios, agencias informativas y columnistas radicados en la ciudad de México, España y Estados Unidos, principalmente, nos vamos enterando a cuentagotas de más y más capítulos de vergüenza para Coahuila.
Dos temas predominan en esa novela por entregas en la que se ha convertido a Coahuila en el abordaje periodístico internacional: corrupción en el uso de recursos públicos y vínculos con el crimen organizado en el estado.
Desde Texas y España surgen notas de funcionarios del grupo político dominante en los últimos doce años en el Palacio Rosa de Saltillo. Como granizo caen esas notas: que si los funcionarios estaban vinculados con tal grupo del crimen, que si recibían dinero, que si están prófugos.
Desde esas latitudes y otras agencias surgen textos que apuntan a una arraigada práctica de corrupción; de un uso sistemáticamente perverso de los recursos hipotéticamente públicos en la entidad. Empresas fantasma a quienes se les asigna millonarios contratos de los cuales no hay mayor explicación y responsables, y las respuestas oficiales están a la altura de una sociedad a la que ese grupo en el poder tiene perfectamente tomada la medida.
Dinero (cuyo origen fueron las arcas del estado de Coahuila) incautado en Estados Unidos; propiedades devueltas; múltiples testigos protegidos; señalamientos en páginas principales y una semana con escándalos así y otra también, van escribiendo esa novela por entregas periodísticas llamada Coahuila.
A veces esas entregas impactan en el comportamiento gubernamental (allí está Patrocinio). Pero la mayoría de las veces se queda en el anecdotario semanal. Pareciera que ya nada sorprende. Pareciera que no importa. Pareciera que la dificultad para que desde acá se generara un mayor debate obedece a un sistema de controles propios de regímenes autoritarios.
Algo semejante se reveló en su momento en medios en Tamaulipas, Veracruz, Nuevo León y Chihuahua: corrupción y deuda más vínculos con crimen. Con el tiempo, en lo electoral, el resultado fue la derrota del PRI.
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