Parece increíble, pero el Príncipe de la P*ta Oscuridad, como se autodenomina el primer vocalista de Black Sabbath, teme a la competencia en la Clase 2024 del Salón de la Fama del Rock and Roll, donde ahora va por la inducción individual.
En su momento criticó a los organizadores del recinto ubicado en Cleveland, Ohio, hogar del DJ Alan Freed quien originalmente acuñó el término “Rock and Roll”... hasta que Black Sabbath fue inducido en 2006.
“Esto me está volviendo loco”, expresó recientemente a la revista Rolling Stone; “es un honor estar nominado, pero no espero ser inducido. Están Mariah Carey, Cher, Lenny Kravitz. Voy contra gente seria. Si entro, pues qué bien, pero si no, pues no”.
Osbourne ha tenido una serie de problemas de salud, entre ellos operaciones de la columna vertebral, los cuales lo obligan a abandonar planes de giras.
“Me encantaría, pero no puedo sostenerme de pie bien; tal vez haga algo algún día, porque lo extraño”.
Se le preguntó, en caso de que sea inducido este año, si regresaría al escenario a cantar un par de canciones; “tal vez, lo veremos. Siempre tengo que estar haciendo algo, o me vuelvo loco. Tengo una mente obsesionada”.
Lo cierto es que, a pesar de no poder cantar en vivo, no ha dejado de crear música; recientemente colaboró con Billy Morrison en la pieza “Crack Cocaine”, el segundo sencillo del álbum del primero.
“Estoy esperando que mi productor Andrew Watt me hable por teléfono; ha estado trabajando con Lady Gaga y me muero por crear más música”.
Por lo pronto, el señor Osbourne continúa en su natal Birmingham y su canal de YouTube sigue activo con los podcasts al lado de su esposa Sharon y sus hijos Jack y Kelly Osbourne; su hija mayor, Aimee, sigue con su banda, alejada del resto de la familia.
