Cuando este Cronista Oficial asumió su cargo en abril de 2005, elegido por unanimidad del cabildo, juró ser un “cronista de todos los torreonenses”. Esto implica igual trato y consideración para cualquier minoría, sin hacer acepción de personas. De esta manera, a través de innumerables artículos de investigación, de conferencias y de entrevistas a nivel nacional (entre ellas la televisiva de la Suprema Corte de Justicia de la Nación), este cronista denunció la histórica discriminación anti-china en La Laguna. La Real Academia Española de la Lengua define la discriminación como un acto de selección excluyente. Es decir, dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, etc.
En este caso histórico, los chinos laguneros de 1911 fueron seleccionados para ser excluidos del respeto que se le debe a todo ciudadano nacional o extranjero, para así ser masacrados, torturados, despojados de sus bienes y de toda dignidad.
Otro caso de discriminación fue el de los llamados “emos”. A principios de 2008, los jóvenes laguneros fueron convocados, vía internet, para propinar golpizas a los “emos” que circularan por la ciudad, tal como había sucedido ya en Puebla, Querétaro y Durango. Afortunadamente, los jóvenes comarcanos se comportaron a la altura y desoyeron los llamados a la violencia.
En estos meses, nos encontramos ante una creciente ola de discriminación a nivel nacional que va dirigida contra quienes poseen una orientación sexual diferente a la heterosexual. Y lo increíble del asunto es que son organizaciones presuntamente católicas las que están promoviendo dicha discriminación. Según la ley, estos frentes beligerantes poseen el derecho a manifestarse por una familia heterosexual para los heterosexuales. Pero no tienen ningún derecho a manifestarse para quitarle sus derechos a terceros. Bien lo decía Juárez: el respeto al derecho ajeno es la paz.
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