Política

Terminó el primer acto del circo perverso

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Hace ocho días publiqué en este espacio “Una crónica adelantada”. Referí lo que sucedería ayer.

No se requería ser vidente o pitonisa del Oráculo de Delfos, consagrado al dios Apolo, para aventurar el resultado de esa sinvergüenzada, corruptora del verdadero ejercicio democrático conocido como “Consulta Ciudadana”.

En efecto:

1) La pregunta formulada —que no respetó la ley ni las normas básicas de la gramática y la lógica— sirvió para lo que cada quien imaginó y terminó siendo útil para maldita la cosa, como no fuera para engañar y distraer a la población, dilapidar cientos de millones del erario y “justificar” que el Sumo Sacerdote —por cierto, nieto de español— aviente al hocico de Huitzilopochtli los corazones de sus opositores.

2) La mayoría de ciudadanos expresó, con su ausencia, un olímpico desprecio por esa chocarrera y engañosa bufonada.

3) La pregunta en esa cuchufleta empezaba por inquirir si se deben llevar a cabo o no “las acciones pertinentes”, huelga decir que ganó el “sí”. ¡Se requiere formar parte de este gobierno para optar por lo impertinente!

Por fortuna, se aprobó investigar (y perseguir) “decisiones del pasado” (¡órale!) porque estos orates bien pudieron haberse referido a decisiones del futuro…

4) Como no se precisó quiénes serán los investigados, ni quiénes los investigadores, el mal de altura que le provoca a Tartufo horrendos mareos, al estar encaramado en Palacio Nacional, le deja la puerta abierta para linchar mediática y judicialmente a sus “villanos” favoritos.

5) Más aún, la esquizofrenia desbocada del pequeño gobernante (no le llamo mediocre porque sería regalarle puntos en su calificación) se desparramó por el mundo. Mire usted: al tiempo de afirmar que está en contra de enjuiciar a ex presidentes (porque en él no cabe la venganza) promocionó que fueran llevados a juicio, señalándoles delitos que personalmente les imputó.

6) Para demostrar que a Tartufo debe tenérsele por tal, basta con recordar que dos días antes de la “consulta” pedía linchar mediática y judicialmente a sus antecesores y, simultáneamente decía que él votaría en contra de hacerlo. En efecto, en su tercera travesía (de sumisión) por tierras del Chapo dijo que si hallaba una casilla, con su voto rechazaría el enjuiciamiento de ex presidentes.

Si eso no demuestra su enfermedad mental, que alguien me corrija…

Por cierto, sus “mascotas” y “corcholatas” no le informaron que solo podría votar en la sección que marca su credencial de elector, no en la de Ovidio o la de su abuelita, como pretendió.

Tartufo va alegre y despistado, dice incoherencias, esparce veneno, divide a los mexicanos y destruye al país, pero le llegará el momento de rendir cuentas.

PD. Reto a mis detractores para que me desmientan; hasta hoy solo me injurian por lo que dicen que dicen que soy.

Diego Fernández de Cevallos


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Diego Fernández de Cevallos
  • Diego Fernández de Cevallos
  • Abogado y político mexicano, miembro del Partido Acción Nacional, se ha desempeñado como diputado federal, senador de la República y candidato a la Presidencia de México en 1994. / Escribe todos los lunes su columna Sin rodeos
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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