Política

Fuertes y a tiempo

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La marrullería oficialesca de adelantarse a los tiempos establecidos en la ley para iniciar campañas electorales no es sólo uno más de sus desprecios al marco jurídico, sino una trampa en la cual han caído medios de comunicación y en la que pueden caer algunos aspirantes opositores y las autoridades competentes.

En efecto, cuando el presidente de unos mexicanos (convertido en abrebotellas) destapó a sus corcholatas y les autorizó iniciar sus campañas por la Presidencia de la República sobrevino un alud de reproches a través de los medios de comunicación y de las redes sociales por semejante arbitrariedad sin embargo, con el paso de los días la escena cambió: prácticamente cesaron la indignación y los reproches en contra de esa tosca agresión a la vida democrática del país, y los noticieros nos dicen todos los días y a todas horas por dónde ruedan las corcholatas, qué ocurrencias tienen, qué disparates dicen, cómo se mordisquean entre ellas, y cómo se contonean grotescamente en su periplo verdulero para tratar de proyectar una imagen cautivadora.

Pintan bardas, compran espectaculares y se disputan entre ellas la corona preparada por el abrebotellas para la corcholata más reptante ante su divinidad. En pocas palabras: payasos sin gracia chapoteando en la estulticia y la abyección.

Según estos truhanes su proceso es inédito e innovador al tratar de encabezar al interior de su partido únicamente la defensa de la patriótica transformación, cuando es descarada su lucha a tarascadas por la candidatura presidencial.

La gravedad de esa indecencia no es únicamente la violación a la ley y a la equidad democrática, ni el despilfarro de recursos sin justificar su monto y origen, sino el riesgo para los opositores de ser atrapados en la disyuntiva de hacer la misma trampa o perder la elección. Y a ello los presionan muchos comentaristas.

No obstante, esa disyuntiva es falsa: los partidos opositores tienen muchas tareas impostergables con los ciudadanos, permitidas por la ley, para plantear la diferencia entre quienes acarrean rebaños y quienes llaman a la consciencia de los ciudadanos, entre quienes tuercen la ley y quienes la respetan.

Es portentosa esa tarea: deben respetar las normas, no promover anticipadamente el voto en favor de aspirantes, evidenciar la pudrición y el desastre de país, agravado por la mafia del no poder, hacer propuestas inteligentes y atractivas de gobierno, y llamar a los ciudadanos a la participación responsable para enfrentar las tragedias nacionales.

Si se convierten en la voz y los anhelos de millones de atropellados, para detener la devastación de México causada por los cuatroteros, llegarán fuertes y a tiempo a la competencia real; sin olvidar una verdad axiomática: la protesta desorganizada y sin propuesta lleva a la frustración.


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Diego Fernández de Cevallos
  • Diego Fernández de Cevallos
  • Abogado y político mexicano, miembro del Partido Acción Nacional, se ha desempeñado como diputado federal, senador de la República y candidato a la Presidencia de México en 1994. / Escribe todos los lunes su columna Sin rodeos
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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