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Vida en línea

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Mi primer día laboral de la cuarentena comenzó atendiendo mensajes, siguió con una reunión en equipo para revisar documentos, después una junta editorial, luego tomé una clase y posteriormente realicé un par de entrevistas para una investigación en proceso. Aunque hubiera deseado hacer estas actividades en persona, todo ocurrió en línea, sin abandonar el espacio de encierro al que obliga una contingencia como la que hoy padece este mundo enfermo.

En tiempos del coronavirus, construir una rutina virtual en lugar de una física, resulta inevitable para intentar seguir con algunas de nuestras actividades y cumplir en la medida de lo posible con el aislamiento social que exige la atención a esta pandemia. Sin embargo, la brecha digital todavía es enorme. Esta opción de vida en línea resulta aún un privilegio que quienes tenemos debemos de buscar usar a favor de la sociedad.

Lo que estamos enfrentando no solo es una crisis sanitaria, sino un mal que con el paso del tiempo provocará todavía más agujeros sociales, políticos y económicos en nuestra existencia. En México, mientras esto va sucediendo, da la impresión de que el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue sumergido en un monólogo interminable, cuyo guion no acepta giros de tuerca, ni siquiera protagonizados por una pandemia. Tan determinado parece en transformar él solo a México, que no se da cuenta de que la realidad científica originada por el Covid-19 ya está transformando al mundo, incluyendo a nuestro país.

No se trata de alentar al pánico, como lo ha hecho de manera irresponsable la diminuta oposición política que enfrenta el actual gobierno. Por el contrario, se trata de reforzar cada vez más las medidas de prevención en la batalla actual por frenar la propagación del virus al máximo posible.

En momentos de incertidumbre como éste suelen brotar también la demagogia y la charlatanería, por eso es necesaria una gestión de crisis eficiente, con una comunicación clara y mucha capacidad de decisión por parte de los gobiernos.

Y como ciudadanos, podríamos intentar transformar las redes sociales en zonas donde el sensacionalismo y la desinformación fueran denunciados y combatidos para dar su lugar a la solidaridad y la colaboración activa… aunque mucha de ella tenga que ser, por ahora, desde la vida en línea. 


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Diego Enrique Osorno
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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