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El empresario, político y coleccionista Mauricio Fernández Garza anunció, por motivos de salud, su retiro temporal de TikTok, la red social donde lo siguen casi dos millones de personas, en su mayoría adolescentes y veinteañeros interesados en conocer su intensa vida, al mismo tiempo que recibir consejos prácticos y admirar sus colecciones privadas.

Conocí a Mauricio hace 22 años. Era senador presidente de la Comisión de Cultura y portaba cada día una estrafalaria corbata distinta en sus faenas legislativas. Como reportero, me gustaba más platicar de sus relaciones con Cuba y su amigo Fidel Castro, o de su idea pionera en despenalizar la mariguana, que de las aburridas y repetitivas grillas partidistas.

Por esos temas y con el arte oaxaqueño de fondo, fuimos estableciendo una conversación a lo largo del tiempo, hasta que se vino la estúpida guerra declarada por Felipe Calderón que volvió al narco el centro de nuestra vida como país y como personas. Así, sin quererlo, me hice reportero de ese tema, mientras que Mauricio decidió lanzarse como alcalde de su próspera ciudad, San Pedro.

En medio de esa encrucijada me tocó cubrirlo y escribir sobre él en MILENIO y Gatopardo, así como codirigir el documental El alcalde y escribir con Gabriel Nuncio una serie de ficción para HBO, no inspirada en la vida de Mauricio, pero sí en la crisis de seguridad que enfrentó San Pedro durante su gestión.

Ahora, además de ser una figura en redes sociales, El Tío Mauricio organiza sus colecciones para donarlas y abrirlas a la sociedad de Nuevo León. Una de ellas será inaugurada en San Pedro, pero hay otras dos igual de impresionantes que aún no cuentan con destino de exhibición: la de paleontología —reconocida apenas por la producción de la película Jurassic World— y otra de arte popular que condensa el enorme sentido estético de diferentes pueblos originarios de México.

Como se ha mencionado antes en este espacio, la sequía de NL no solo es de agua: otra de las que padece es la de espacios culturales. Por eso, ante la ausencia de puntos de reunión popular que no sean malls, qué bien caería en el deprimido centro de la metrópoli regia y en sus periferias, hacia San Nicolás, Escobedo o Santa Catarina, que después de que vuelva el agua, lluevan un par de nuevos y dignos museos.

Diego Enrique Osorno

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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