BITÁCORA PERIODÍSTICA “EL VIAJE DE LA SEMILLA” / CAPÍTULO II

Habrá gente por allá que no los conoce ni sabe quiénes son. ¿Cómo se presentarán ante ellos? —pregunto a Lupita, la integrante más joven del Escuadrón 4-2-1 del EZLN que va en el barco La Montaña con destino a Europa.
Pues nosotros los zapatistas somos gente indígena, originarios de México, de Chiapas, somos de raíz maya, venimos de los mayas. Nuestros abuelos sufrieron mucho en las fincas, fueron así explotados, maltratados, nuestras abuelas fueron violadas y llega un momento en que se organizan, tardan un buen tiempo para organizarse y todo eso, y llega el momento del levantamiento armado que muchos lo conocen, el 1 de enero de 1994, y de ahí pues suceden muchas cosas, y luego se empieza con la construcción de la autonomía, y es como estamos ahorita,construyendo nuestra autonomía, tenemos nuestro propio gobierno, que como pueblos nosotros lo nombramos, nosotros los elegimos, tenemos también nuestra salud y nuestra educación que es de nosotros mismos.
¿Cómo han ido construyendo su autonomía?
Tenemos nuestras propias áreas, nuestro propio gobierno, o sea que no dependemos del mal gobierno, no obedecemos lo que él dice, él no nos dice qué vamos a hacer, cómo vamos a trabajar, sino que nosotros mismos nombramos a nuestro gobierno, a nuestras autoridades municipales y a los de la zona, y nuestras áreas de trabajo, nosotros mismos, como pueblos, entre hombres y entre mujeres, decidimos cómo se va a hacer, y si hay algún problema, pues cómo lo vamos a resolver, el gobierno no nos dice:‘hagan esto’, nosotros mismos lo hacemos, o sea que estamos autogobernándonos.
Hace unos días veíamos aquí en el barco el estupendo documental Las compañeras tienen grado, donde aparecen zapatistas de generaciones anteriores a la tuya dando su testimonio en 1994. Ahí se ve que en la lucha zapatista las mujeres han estado en primera línea desde hace ya tiempo. ¿Qué significa para ti esta herencia?
Pues sí, yo ya nací después pero nos cuentan que antes las mujeres tenían miedo a participar o vergüenza, porque esa era la idea que tenían: que no pueden, que no saben, que las mujeres solo sirven para la casa, para cuidar hijos, para lavar la ropa, pero desde que llegó la organización [el EZLN] pues cambió eso, cambió y sí se necesitó un esfuerzo para cambiar eso, porque las mismas compañeras también sentían que no podían, pero poco a poco fueron entendiendo también, con ayuda de los compañeros, de que muchos apoyaron también en la participación de la mujer… claro que hubieron compañeros también que decían que las mujeres no pueden, pero con las pláticas y todo eso, pues se convencían, tanto hombres como mujeres, de que las mujeres también tienen derecho y pueden participar, y por eso ahorita, pues, ya hay más compañeras en la lucha participando, en la autonomía, pues en las áreas ya hay compañeras que participan siendo promotoras de salud, promotoras de educación, tercias compas y autoridades también, como parte de las Juntas de Buen Gobierno.
También me parece que en sus comunidades hay un respeto muy claro a las diversidades de género…
Nosotros no excluimos a nadie en nuestra lucha, sino que es para todos, por todos, no importa qué color sea, cómo sea, si es otroa, pues con tal de que luche. Nuestra lucha incluye a todos, no decimos ‘tú no vienes porque eres otroa’, no, sino que lo hacemos entre todos, porque todos somos explotados, todos somos discriminados, hombres, mujeres, otroas, y por eso luchamos juntos.
Por lo que me ha tocado ver desde afuera, los pueblos zapatistas tienen ahora, después de 1994, una mejor educación, mejor salud… muchas cosas que antes no había y que ahora hay... además, si comparas lo que sucede en sus territorios con el resto de México, vemos que no hay violencia exacerbada, secuestros, asesinatos, masacres y muchas otras calamidades en las comunidades de ustedes… pero quizá lo más importante es que pareciera que las nuevas generaciones de zapatistas tienen una conciencia de que no se van a dejar que el gobierno ni caciques ni nadie les ordene de nuevo lo que tienen que hacer, sino que eso se piensa y decide en colectivo, en el consenso. Creo que eso es lo mas importante de la lucha que han tenido en estos casi 40 años: que aunque el gobierno o el narco o la forma que tome el sistema, busque destruir sus territorios y atacarlos, hay una semilla de libertad bien plantada…
Mi generación, otras generaciones, ya nacimos libres, en medio de la autonomía, crecimos en medio de la autonomía. Ya no nos tocó vivir eso de las fincas y de cómo se organizaron, ya no, sino que ya nacimos en otra época, en otra etapa de la lucha, y en esa etapa ya tuvimos más oportunidades como jóvenes. Ya pudimos estudiar en nuestras escuelas autónomas, ya tuvimos educación y también salud, porque cuando nos enfermamos, no necesitamos ir hasta una ciudad para ir a los hospitales de los gobiernos, sino que ahí mismo, en nuestras clínicas, en nuestras casas de salud autónomas, ahí nos atienden los promotores, por eso decimos que ya crecimos en otra época y eso fue gracias a nuestros padres, a nuestros abuelos, que se organizaron y se levantaron.
“Y sí, en nuestras comunidades zapatistas no ha habido así mujeres o jóvenes que amanecen muertos, tirados en la calle, como en las ciudades, según escuchamos y vemos en las noticias que pasan muertos aquí, muertos allá, pero pues nosotros decimos que en nuestras comunidades zapatistas no hay eso, no hay mujeres descuartizadas que amanecen por ahí, no, sino que está más o menos tranquilo en nuestras comunidades zapatistas”.
(CONTINUARÁ…)