Policía

En la cocina del Encuentro de Mujeres

BITÁCORA PERIODÍSTICA “EL VIAJE DE LA SEMILLA”/ CAPÍTULO XVI


Antes de emprender el viaje a bordo de un velero por el Atlántico en 2021, la zapatista Yuli compartió su experiencia en la celebración que marcó un hito dentro del revitalizante movimiento feminista que irrumpió en los años siguientes en el país


Ya casi acaba la charla con Yuli, integrante del Escuadrón 4-2-1 que sigue platicando de las tareas cotidianas que le han encomendado los pueblos zapatistas, antes de mandarla en este barco que cruza por el Atlántico rumbo a Europa en plena pandemia.

Una de otras responsabilidades que ha tenido es la de trabajar en la cocina del primer Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, organizado por el EZLN el 8 de marzo de 2018 en el Caracol de Morelia, en el cual se congregaron más de diez mil mujeres provenientes de diversas regiones de Chiapas, México y el mundo.

En aquella celebración que marcó un hito dentro del revitalizante movimiento feminista que irrumpió en los años siguientes en el país, Yuli recuerda la organización para apoyar la alimentación de una cantidad de visitantes que superó las expectativas del evento celebrado durante tres días en territorio zapatista.

“En los preparativos del primer Encuentro, algunas compañeras habían visto que a mí me gusta mucho la cocina y me gusta aprender mucho de la cocina, entonces llegaron las compañeras del Comité a mi pueblo”, comienza a relatar, para luego recrear ella misma así el diálogo que sostuvieron:

—Queremos ver si nos echas la mano como coordinadora de la cocina, nosotras sabemos que tú sabes cocinar lo que son los tamales, los antojitos y todo eso —propusieron las integrantes del Comité.

—Sí, pero, yo voy a administrar o yo me voy a encargar de todo lo que se va a hacer —aceptó preguntando.

—Pues las dos cosas, si nos ayudas en las dos cosas, y puedes...

—Depende de cómo esté la situación de venta, entonces yo voy a ver.

—Tú tienes conocimiento de dónde vamos a comprar todas las frutas y todas las verduras, es que se van a hacer los tamales, así es que decinos qué tamales sabes hacer.

—Yo hago los tamales de bola con carne de puerco, hago los tamales de verdura con carne de pollo, también te puedo hacer los tamales de hoja con carne de puerco o con carne de pollo.

—Es que eso queremos, porque queremos las cantidades, porque ahí no se van a meter hombres, entonces, queremos ver, danos ideas ¿como le hacemos?

—Bueno, para los tamales necesitamos la hoja de doblador, la hoja de plátano y todos los condimentos.

—Pues hacenos la lista, pero lo que queremos saber es si vas a ir tú, porque tú vas a ver, te van a apoyar tantas cocineras, pero tú dinos cuantas compañeras necesitas, para que estén ahí.

—Pues vamos a hacer un cálculo, porque no sabemos cuánto de gente va a llegar.

—Va a llegar mucha gente, pero calculamos de que a lo mejor ni abasto nos vamos a dar, así es que también vamos a mandar plátanos, vamos a mandar chayotes y vamos a mandar yucas.

—Muy bien, pues.

—Va a ser como que desde aquí empieces a planear cómo vas a dividir tu equipo, quienes esto, quienes lo otro…

—Para los cocteles de frutas tenemos que dividir unas cinco compañeras que estén atendiendo eso, para lo de tamal otras tantas y así…

—Pero es que también sabemos que sabes hacer las empanadas y que sabes hacer las chalupas.

—También.

—¿Cómo le hacemos con las tostadas?

—Pues hay que pedirlo a los pueblos. Si va a ser un colectivo de la zona, entonces hay que pedir una cantidad con los pueblos, pero hay que mostrarles el tamaño de la tostada, para que así sepan los pueblos cómo van a entregar la tostada y hay que hacer reuniones todavía para preguntarle a los pueblos. También vamos a llevar abarrote…

—¿Qué cosas más?

—Pues lo que más necesita la gente: papel de baño, shampoo, jabón de baño, algunas cosas enlatadas, ¿porque saben que hay que llevar a vender otras cosas, no?

—Bueno, hagamos una lista y nos vas a acompañar a la compra.

—Miren, compas, hagamos una cosa, la compra les voy a mostrar y a decir yo todo, pero que haiga una administradora, porque todo no lo voy a poder hacer yo. Imagínate a la hora que yo esté cocinando y que voy a tener que salir a comprar, ¿a quién dejo entonces? No, que haiga una administradora y le voy a ir a mostrar donde y como.

—Bueno, nosotros vemos quién es la administradora, pero hacemos la lista y empezamos con la lista ya como un mes antes del Encuentro.

El evento reunió a más de 10 mil mujeres. Ecocinema
El evento reunió amás de 10 mil mujeres. Ecocinema

Tras este diálogo inicial, Yuli avisa a su pareja que se irá a trabajar al Encuentro. “Entonces llega el día que nos venimos a acomodar todo para el Encuentro y pues esa vez que teníamos a disposición un compa que ayudara, pero nada más hasta el portón, porque el reglamento en el Encuentro de Mujeres es que está hasta aquí afuera, ahí tenía que desocupar las cosas el compa y de ahí había que cargar hacia adentro.

Ya luego las compañeras decían: ‘no, se nos acabó el azúcar, hay que mandar a traer, pero es que quién lo va a meter desde hasta allá’, y decían unas compañeras, pues ahí entre tres o cuatro compañeras, y yo les decía: ‘no, échenmelo al hombro, yo al hombro lo aguanto’, ‘¿cómo compañera?, te va a hacer daño’, porque decían algunas compañeras que para nosotras las mujeres con levantar cosa pesada se nos va a descomponer la matriz, y les digo: ‘no, yo he cargado igual, cuando estaba más jovencita, con un tío cargaba más bolsas, es más, mejor echártelo al hombro, que lo llevemos así entre cuatro. Ya si me canso, pues ya me cargo el bulto de azúcar y me lo traigo hasta la tienda’.

“Entonces, muchas compañeras hermanas de afuera veían como asombroso que yo estoy levantando un bulto de azúcar, pero sí, me lo traje hasta la cocina y coordinamos muy bien esa vez, porque pusimos cinco mujeres en coctelería que van a estar vendiendo las frutas y si alguien quiere con yogurt y cereal, poníamos hasta los platos de cacahuates con salsa y limón, y pasaba la gente y se le antojaba comerlo; otro grupo poníamos tempranito los platanitos a asar en brasa, ahí afuerita, y los chayotes calientes y la yuca hervida y el café, y otro equipo que va a estar especial en arroz con leche, y yo con otro equipo, entonces ahí en chinga en lo que es las empanadas, las quesadillas, preparábamos mucho sándwich, porque sabíamos que a la gente de fuera les gusta.

“Así, primero lo que hacíamos en la mañana era preparar mucho sándwich, unos setenta sándwichs que estén ya listos nada más para que los despaches rapidito, y ya nos poníamos a hacer unas quesadillas y tener listas las quesadillas, y estaba el comedor de las compañeras igual que el caracol de La Realidad, que en ese comedor trabajaba mi mamá, entonces estaba el de La Garrucha y estaba el de mi mamá, y decían unas compañeras que me conocen de La Realidad y que ahí me vieron que llegué, que me dicen: ‘órale, ahí la hija y la mamá haciendo competencia, a ver quién, porque la hija aprendió de la mamá y entonces a ver quién le entra más gente’ (risas), pero así como llegó muchísima gente, ni porque hacíamos un chingo de comida, no daba.

Hubo un momento en que yo ya no podía, ya sentía los pies cansados, y ya no me dio tiempo de envolver todos los tamales con las compañeras, porque lo que se coció, se acabó rápido y me puse a inventar, dije, porque el recado del tamal de bolas yo lo pongo crudo, no lo pongo cocido, porque ya se cuece ya cuando hierve en la olla, se cuece ya el recado, dije: ‘lo voy a hervir’, le dije a las compañeras, ‘pónganse a freír las tostadas de las chalupas y vamos a poner platitos de recados con tostadas, va a ser más rápido, porque la gente está con hambre, vemos que la gente está haciendo mucha cola’.

“Y estaba una gran cola, y yo nada más con una cacerola del mole empezaba yo a servir y las compañeras ahí poniéndole tostadas y quesito, y llegó un momento que me dio mucha risa, porque llega una hermana que no sé de dónde era, que estaba en la cola, como a media cola, y me dice: ‘yo quiero’, ‘ya se terminó’, le digo, ‘ya no hay, y dice: ‘chingado, estuve desde la mañana caminando media hora para ver de donde sentía ese olor de esa comida, y estuve media hora en la cola, dice, que para cuando yo llegue ya no encuentre yo’.

No nos dábamos abasto con la gente, ya la gente hasta compraba cosas enlatadas, porque no era suficiente la comida, era mucha, muchísima gente. Y para mí, una experiencia muy bonita, porque yo tenía la emoción de que en ese encuentro quería salir a ver qué cosas hacían, qué mostraban, pero no se podía. Había que cumplir el encargo”.

***

Con esta parte final de la entrevista con Yuli concluye una primera temporada de textos de la Bitácora periodística que registra el viaje que hizo el EZLN a bordo de un velero por el Atlántico en 2021. Quedan pendientes los testimonios de los demás integrantes del Escuadrón 4-2-1: Bernal, Felipe y Majo.

Como dicen los propios zapatistas, todavía falta lo que falta.

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Diego Enrique Osorno
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