Política

Ricardo Anaya y el Edomex

  • Sin titubeos
  • Ricardo Anaya y el Edomex
  • Diana Mancilla

En un trabajo de maestría preguntaba qué había sucedido en solo nueve años, que el Partido Acción Nacional regresó a los espacios de marginalidad y presencia casi testimonial en la vida pública.

En el año 2000, con el efecto Fox, el PAN gobernó a poco más de 7 millones 160 mil habitantes. Por primera vez era la fuerza políticanúmero uno en la entidad. Sumó 29 diputaciones en el Congreso del Estado de México y 21 diputaciones federales, además de las dos senadurías de mayoría.

Pero tres trienios después el PAN solo gobernaba en 10 municipios semirurales, tenía 12 diputados locales, la mayoría plurinominales, y seis federales, uno de mayoría.

¿Cómo, cuándo y hasta dónde se "jodió" Acción Nacional?, también cuestioné. Complicadas las respuestas, pero comenté que algo se hizo tan mal que los ciudadanos optaron por antiguos conocidos o de plano se decepcionaron.

Luis H. Álvarez, histórico dirigente del albiazul, alguna vez dijo que al PAN no lo derrotó la derrota sino la victoria.

Un partido que luchó contra todo, a partir de su fundación en 1939, que tardó varias décadas en influir en el ánimo ciudadano y en ganarse su simpatía y adhesión, en poco tiempo lo perdió, "se mimetizó" con todo lo que despreciaba y combatía.

El panismo democrático encontró que era mejor ser antidemocrático y vertical en sus decisiones, sin ofrecer espacio al debate y la reflexión, y que era más rentable ser corrupto que combatir ese fenómeno. Hoy, hasta los males internos poco se debaten.

Como partido en el poder no ha sabido conservarlo. Ha tenido una historia de escándalos, traiciones, sin renovación de cuadros. Todo aquello que criticaba en sus adversarios lo aplica. ¿Una renovación de dirigencia justo a pocos meses de una elección? Parece que no aprende de los errores. A menos que negocien posiciones y hagan una verdadera "operación cicatriz", llegarán divididos.

El PAN tendrá más dificultades para presentarse ante el elector como una opción democrática y distinta del resto de los partidos. Su militancia está reducida por las derrotas electorales, pero también por el acaparamiento de espacios de acción al interior, con un reciclamiento de los mismos rostros y las permanentes batallas internas. Hoy está en una de ellas, y muy intensa.

Ricardo Anaya Cortés, presidente del CEN de Acción Nacional, como ya lo he dicho en anteriores entregas, tiene hoy en sus manos la posibilidad de mantener esa imagen que le dio el haber ganado siete entidades el pasado 5 de junio. El Estado de México está muy complicado electoralmente para mantenerla. No se trata de cómo gana, sino cómo pierde.

Se entiende que a los partidos políticos los conforman seres humanos, pero es aquí donde se debe exigir la preparación de sus cuadros no solo para gobernar a los ciudadanos, sino para gobernar sus propias pasiones, carencia que acusa en demasía Acción Nacional y que, ciertamente, no es de su exclusividad.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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