La recomposición del gabinete federal sin duda alteró el escenario electoral, tanto para 2017 en el Estado de México como para los comicios presidenciales de 2018.
Según esto, al presidente Enrique Peña Nieto se le redujeron las opciones en la baraja y deja a Miguel Ángel Osorio Chong, titular de Gobernación, como un solitario en la carrera. Creo que no es así, porque si bien es el más fuerte, no se deben descartar otras opciones, especialmente con el nombramiento de José Antonio Meade en sustitución de Luis Videgaray en la Secretaría de Hacienda, y con las aspiraciones del gobernador Eruviel Ávila Villegas.
Por el PAN y la izquierda las cosas parecen no tan complicadas: Margarita Zavala aventaja con mucho a cualquiera en el albiazul, incluyendo al líder nacional, Ricardo Anaya Cortés. Por el PRD, sí va solo, Miguel Ángel Mancera, el gobernante de la Ciudad de México. Por Morena Andrés Manuel López Obrador será el abanderado.
La nominación del PRI es un enigma, no tanto por la ausencia de aspirantes fuertes, sino por las condiciones en que habrá de hacerlo: una economía que podría descarrilar al nuevo titular de Hacienda, sumados a los poco favorables resultados de combate a la pobreza a su paso por la Sedesol, ello a pesar de que todo mundo sabe que es el favorito de los empresarios y que su afinidad en el perfil con el líder del PRI, Enrique Ochoa Reza, podría ayudar a la hora de las definiciones.
Pero sin duda Meade está en la jugada, igual que Osorio Chong, el más fuerte a pesar de todo lo complicado que ha sido la política interna, con un crimen organizado desbordado y movimientos sociales descontentos.
La suerte de Eruviel Ávila Villegas de cara a 2018 no dependerá tanto de los buenos o malos resultados que se le puedan atribuir a su desempeño como gobernador del Estado de México, sino de lo que suceda en la elección para sucederlo el año próximo, ello debido al ánimo aliancista de la oposición (muy complicado), principalmente el PAN y el PRD, que están envalentonados por sus triunfos en los pasados comicios y podrían propiciar la configuración de una batalla electoral encabezada por mujeres: Josefina Vázquez Mota por el lado del PAN-PRD, la profesora Delfina Gómez por Morena y por el lado del PRI, faltando la definición, calentando brazo por el momento, estarían Ana Lilia Herrera Anzaldo, Carolina Monroy o María Elena Barrera Tapia.
Una contienda con esas alineaciones sería inédita en la entidad, pero no hay que descartarla, aunque lo importante es que lo que suceda generará un nuevo reacomodo, al menos en el PRI, entre la baraja de aspirantes presidenciales.
De ahí que, como nunca, la mirada estará más puesta en los comicios mexiquenses.