Diez años se pasan pronto y se dicen más rápido. Y mientras en el ámbito político y económico, incluso en el académico, se habla de "décadas perdidas" como una forma poco edificante de descargar culpas para atribuirlas a otros, en nuestro caso ese periodo ha significado la confirmación de una labor que se fundamenta en el carácter y en el gozo por desempeñarla.
Lo anterior, a pesar de que vivimos una época en que el periodismo ha registrado modificaciones sustanciales y, debido a ello, originado los peores vaticinios sobre su presente y futuro, amén de descarnadas y sarcásticas parodias, como esa que dejó impresa el recientemente fallecido pensador Umberto Eco en su último trabajo, "Número Cero", donde la fórmula es ahogar la información mediante la inundación de ésta.
Justo ahí es donde la actividad con carácter forjado solo hace uso de las modernas herramientas y las asume como tales, sin actuaciones paranoicas como si el ambiente estuviera preñado de mensajes que es preciso decodificar para que el lector de pie no sea víctima de supuestas tramoyas conspirativas. Nada de eso.
No es un secreto que en términos económicos el mundo la pasa bastante mal. Y nosotros somos parte de ese mundo. Tampoco lo es la información que da cuenta del convulsionamiento en el globo por hacerse del dominio en campos como el petrolero. Hay puntos bélicos muy focalizados, pero la guerra, al menos, no se lleva al plano de la destrucción física y la cuota de vidas correspondiente, sino por otros medios.
Tampoco está "reservada" la opinión, casi generalizada, sobre el descontento con la democracia que tenemos, ni lo que hacen o dejan de hacer los actores políticos para tratar de convencer al electorado.
Menos el hecho de que el crimen cobra su tributo de sangre, cada vez en forma más cruda, a pesar de la etiqueta de "utilidad social" que sus propios protagonistas le quieren dar.
De todo eso y mucho más nos hemos ocupado en estas páginas durante ya diez años, siempre con responsabilidad y ánimo propositivo, sin dejar de señalar todo aquello que va en contra de las reglas de convivencia, buscando siempre su cumplimiento y perfección, antes que su permanente violación.
A Notivox Estado de México lo conformamos profesionales que hemos dedicado buena parte de nuestra vida al ejercicio y que día a día se empeñan en cumplir con la encomienda.
A jefes de área, editores, reporteros, fotógrafos, publicistas, articulistas y colaboradores, administrativos, personal de circulación y voceo, se debe la "década ganada" para nuestro medio. Gracias a todos, principalmente a los lectores, a quienes nos debemos y procuramos responder a sus inquietudes y exigencias.
Agradecimiento especial al ingeniero Francisco González, pilar de esta empresa, y a quien nos dirige, don Carlos Marín.