Todo comienzo en el ámbito público no está exento de titubeos, fallas menores y ciertos deslices, pero en algunas ocasiones las acciones y las posturas indican que los principales adversarios no están afuera, sino adentro.
Apenas acomodado en el sillón, con algunos nombramientos todavía pendientes para completar el equipo viajero, el caso es que la nave de la nueva dirigencia del PAN ya muestra boquetes, empeñados sus nuevos dirigentes en darse balazos en el pie, y no de cualquier calibre.
De repente, por ejemplo, se tiene que hacer frente a alguna extravagancia como las de cuadros partidarios que ostentan más de lo que ganan y que terminan presumiendo menos de lo que realmente poseen. Así ha sido el caso de la alcaldesa de Atizapán, Ana Balderas quien, con histrionismo dramático y "pendejeos" de por medio, apeló al sobado victimismo como fallida estrategia de deslinde, "renunciando" después a su secretario del ayuntamiento por supuesta corrupción, como para enjuagarse la cara.
Si bien es importante, este asunto es cosa menor frente a un compromiso que tendría que ser asumido con las dimensiones que implica, como es la contienda electoral por el Estado de México el año próximo, pero en el cual se dan un balazo en el tórax.
Resulta que los militantes del PAN, por obra y gracia de la burocracia de su partido, llamada "Consejo", saldrán a las urnas a votar por el candidato o candidata para esa jornada. Uno supondría que el blanquiazul está de vuelta a sus orígenes, que el sufragio es más limpio que las falsas conciencias que hoy fomentan el discurso del odio contra los homosexuales, pero eso sería una muestra de candor político.
Esta es la mejor manera de "bloquear" la candidatura de Josefina Vázquez Mota, quizás su mejor carta para ese compromiso, y es la mejor manera de hacer encabritar a los negociadores del PAN nacional para dinamitar un acuerdo con la izquierda, específicamente el PRD, con Vázquez Mota.
Se dice que por ello, los líderes nacionales están que no los calienta ni el sol y ya ven con sospecha a los nuevos dirigentes del Estado de México pues, se asegura, pregunta de qué lado están jugando, si no saben que fue en alianza como lograron triunfos estatales importantes en los pasados comicios.
Como caballos pajareros, de reojo, así se están viendo ahora al interior del PAN. Y es que desde la cúpula sospechan que se está haciendo todo para evitar un "pleito de faldas" en el Estado de México en 2017, dicho sin ánimo despectivo ni nada parecido, con Josefina por el lado del blanquizal en alianza con el PRD, Ana Lilia Herrera, Carolina Monroy del Mazo o María Elena Barrera por el PRI y la maestra Delfina Gómez Álvarez, por Morena.
Una contienda con ingredientes inéditos a nivel nacional, con mujeres como abanderadas.
¿Es necesario darse de balazos? Bueno.
